La hepatitis C es una infección del hígado causada por el virus de la hepatitis C (VHC). El VHC puede llevar a insuficiencia hepática, cáncer de hígado o enfermedad hepática crónica (cirrosis). Las infecciones por el VHC son la principal causa de los trasplantes de hígado que se hacen en EE.UU.
Algunas personas que contraen el VHC solo padecen una enfermedad de corta duración porque sus cuerpos son capaces de eliminar el virus. Pero la mayoría de la gente infectada (entre el 70 y el 85%) desarrolla una infección crónica (de larga duración) por el VHC.
El VHC se contagia a través del contacto directo con la sangre u otros fluidos corporales de una persona infectada. Puede ocurrir al:
Gracias a los análisis de sangre que se hacen como pruebas de cribado y a otras medidas de seguridad adoptadas a principios de los años noventa del siglo XX, el contagio de la hepatitis C a partir de hemodiálisis, transfusiones de sangre o trasplantes de órganos es muy raro en la actualidad.
También es muy raro, pero posible, que una persona contraiga el VHC al compartir artículos domésticos que puedan contener la sangre infectada de otra persona, como maquinillas de afeitar, cepillos de dientes o tijeras.
La hepatitis C es más frecuente en adultos que en niños. Los índices de infección por el VHC en EE.UU. casi se triplicaron entre los años 2010 y 2015, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
La mayoría de las nuevas infecciones afectan a adultos jóvenes (de entre 20 y 29 años de edad) que se inyectan drogas. Muchos de ellos pasaron de abusar de los medicamentos de venta con receta médica a inyectarse heroína, que suele ser más barata y resulta más fácil de conseguir. A los expertos en salud les preocupa que nazcan más bebés con riesgo de desarrollar la hepatitis C porque las mujeres jóvenes forman parte de este grupo.
Los médicos se refieren a las infecciones de hepatitis C como agudas o como crónicas:
La mayoría de las personas afectadas por una hepatitis C no presentan síntomas. Pero, aunque no presenten síntomas, pueden desarrollar problemas de salud décadas después y pueden seguir trasmitiendo la enfermedad a otras personas.
De aparecer síntomas, estos suelen ocurrir cuando la enfermedad ya está muy avanzada. Los síntomas pueden ser parecidos a los de la hepatitis A y la hepatitis B, y pueden incluir:
La hepatitis C es el tipo más grave de hepatitis. En la actualidad, es una de las causas más frecuentes de trasplante de hígado en adultos. Cada año, casi muren 20.000 personas en EE.UU. debido al VHC.
Afortunadamente, ahora disponemos de medicamentos para tratar la hepatitis C y para curarla en la mayoría de los casos.
Los médicos mandan análisis de sangre para detectar anticuerpos contra el VHC. Si una persona presenta esos anticuerpos, solo significa que ha contraído una infección por el VHC en algún momento de su vida. Para saber si la enfermedad está aún activa, los médicos hacen otra prueba para medir la concentración de VHC en sangre.
Los CDC recomiendan hacer el análisis de sangre diagnóstico a:
Se han hecho avances importantes en el tratamiento e, incluso, en la curación de la hepatitis C. Antes, los tratamientos de la hepatitis C solían requerir inyecciones semanales, se asociaban a graves efectos secundarios y no solían ser eficaces.
Ahora existen nuevos medicamentos que se administran por vía oral y que pueden curar la hepatitis C en mucha gente en un plazo de unos 3 meses. Estos medicamentos eran muy caros al principio, pero sus precios están bajando, una tendencia que los expertos en salud esperan que continúe mientras la incidencia de la hepatitis C siga aumentando y las pruebas de cribado sigan detectando más casos.
Estos medicamentos curan en torno al 90% de los pacientes. Existe un nuevo medicamento oral que parece prometedor para el 10% restante que no responde al tratamiento estándar. Este nuevo comprimido combinado de tipo antiviral está siendo revisado en la actualidad por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de EE.UU.
Al igual que con la hepatitis B, cualquier persona que haya dado positivo para la hepatitis C no puede ser donante de sangre.
La gente que ha contraído el VHC debido al consumo de drogas debería recibir asesoramiento o tratamiento psicológico para superar su adicción. En caso contrario, se podría volver a infectar con el VHC.
Lamentablemente, no existe ninguna vacuna para protegerse de la hepatitis C. La prevención supone evitar las conductas de riesgo de contagio del VHC, sobre todo la de inyectarse drogas.
Reviewed by: Jolanda M. Denham, MD
Date Reviewed: Aug 13, 2017