Tomar fármacos de venta con receta médica de una forma distinta a la recomendada por un médico puede ser más peligroso de lo que la gente cree. De hecho, se trata de un abuso de fármacos. Y es tan ilegal como consumir cualquier droga que se venda en la calle.
Algunas personas abusan de los medicamentos de venta con receta médica porque creen que las ayudarán a divertirse más, a perder peso, a encajar en determinados grupos e, incluso, a estudiar mejor. Los medicamentos de venta con receta médica pueden ser más fáciles de conseguir que las drogas ilegales que se venden en la calle porque sus parientes o sus amigos pueden disponer de ellos. Pero los medicamentos de venta con receta médica también se pueden vender en la calle, al igual que las drogas ilegales.
Los medicamentos de venta con receta médica solo son seguros para aquellas personas a quienes se los hayan recetado. Esto se debe a que los médicos han evaluado a esas personas y les ha recetado las dosis adecuadas del medicamento para tratar sus afecciones médicas específicas. El médico también les habrá indicado exactamente cómo deben tomar el medicamento, incluyendo qué cosas deberían evitar mientras se medican. Los médicos también son conscientes de los efectos secundarios de los medicamentos y hacen un atento seguimiento de sus pacientes por si los presentaran.
Los medicamentos de venta con receta médica de los que la gente abusa con más frecuencia se clasifican en tres categorías:
1. Opioides
2. Depresores del sistema nervioso central
3. Estimulantes
Al igual que con el abuso de drogas ilegales, el uso de medicamentos de venta con receta médica sin disponer de receta médica tiene graves riesgos para la salud.
El abuso de opioides puede llevar a cambios en el estado de ánimo y en el comportamiento, dificultades para pensar con claridad, dificultades para respirar e incluso el coma o la muerte. Este riesgo es mayor cuando los opioides se mezclan con otras sustancias, como el alcohol, los antihistamínicos y los depresores del SNC (sistema nervioso central).
El abuso de depresores del sistema nervioso central también tiene sus riesgos. Los depresores pueden volver a las personas somnolientas, descoordinadas o confundidas, y pueden llevar a tener el habla confusa y la respiración enlentecida. Si se reduce su uso o se interrumpe su consumo demasiado deprisa, pueden aparecer convulsiones. Tomar depresores del sistema nervioso central junto con otros medicamentos, como los analgésicos de venta con receta médica, algunos medicamentos de venta libre para la alergia y para el resfriado, o el alcohol, puede enlentecer el ritmo cardíaco y la respiración de la persona, pudiendo llegar a causarle la muerte.
El abuso de estimulantes (como algunos medicamentos para el TDAH) puede causar problemas cardíacos, convulsiones, ataques de pánico, paranoia y conducta violenta. Estos riesgos aumentan cuando los estimulantes se mezclan con otros medicamentos, incluso con los de venta libre, como los medicamentos anticatarrales.
Los peligros de abusar de medicamentos de venta con receta médica pueden ser incluso peores si las personas toman estos fármacos por motivos distintos a los de su uso habitual. El Ritalín puede parecer inocuo porque se receta incluso a niños pequeños con TDAH. Pero, si una persona lo toma innecesariamente o de una manera incorrecta (esnifándolo o inyectándoselo), pueden ocurrir problemas graves.
La gente que abusa de medicamentos se puede volver adicta con la misma facilidad que quienes consumen drogas ilegales.
Probablemente, el riesgo más frecuente del abuso de medicamentos de venta con receta médica sea la adicción. La gente que abusa de medicamentos se puede volver adicta con la misma facilidad que quienes consumen drogas ilegales. Por eso, la mayoría de los médicos no renuevan las recetas a menos de que puedan ver a sus pacientes; quieren explorarlos para asegurarse de que no están desarrollando una adicción.
Si un médico te receta un medicamento para el dolor, un estimulante o un depresor del sistema nervioso central, sigue sus indicaciones al pie de la letra. Así mismo, asegúrate de:
Para acabar, no uses nunca los medicamentos que le hayan recetado a otra persona. Y no permitas que nadie use tus medicamentos. No solo estarás exponiendo a otras personas a riesgos para su salud, sino que tú también podrías sufrir las consecuencias: tu farmacéutico podría dejar de venderte medicamentos porque te los acabarías antes de tiempo. Y, si otras personas se están tomando tus medicamentos, eso se considera un delito.
Reviewed by: Larissa Hirsch, MD
Date Reviewed: Aug 10, 2023
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