La leucemia es un cáncer que afecta mayoritariamente a los glóbulos blancos. Los glóbulos blancos (también llamados "leucocitos") combaten las infecciones.
La médula ósea es un tejido blando y esponjoso que hay en el interior de los huesos y que se encarga de fabricar glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas. En la leucemia, la médula ósea fabrica unos glóbulos blancos que no funcionan. Estas células anormales no son capaces de proteger al cuerpo de los gérmenes. Se amontonan dentro de la médula ósea, entran en el torrente sanguíneo y se extienden a otras partes del cuerpo, como los ganglios linfáticos, el cerebro o el hígado.
La leucemia es el tipo de cáncer más frecuente en los niños. Puede ser aguda (de crecimiento rápido) o crónica (de crecimiento lento). La mayoría de los niños y adolescentes a quienes se les trata la leucemia se curan de esta enfermedad.
La leucemia mielógena crónica es un tipo de leucemia que se inicia en las células mieloides inmaduras, que son las células sanguíneas que se suelen acabar convirtiendo en glóbulos blancos. Esas células mieloides no maduran con normalidad para convertirse en unos glóbulos blancos normales. Contrariamente, se acumulan, tanto dentro de la médula ósea como de la sangre y lo hacen en grandes cantidades.
La leucemia mielógena crónica también se conoce como leucemia mieloide crónica.
La leucemia mielógena crónica tiende a evolucionar lentamente. Al principio, un niño puede presentar pocos síntomas o ninguno en absoluto. Los síntomas pueden tardar meses o incluso años en desarrollarse.
Los niños con esta afección pueden tener anemia, que ocurre cuando el cuerpo tiene una cantidad insuficiente de glóbulos rojos. La anemia ocurre cuando la médula ósea deja de fabricar la cantidad habitual de glóbulos rojos.
Los niños con anemia pueden:
Cuando un niño no tiene una cantidad suficiente de plaquetas (células que participan en la coagulación sanguínea), se le forman moretones con facilidad, tiene hemorragias nasales o sangra durante mucho tiempo seguido después de hacerse un corte pequeño.
Entre otros síntomas de la leucemia, se incluyen los siguientes:
Puesto que los glóbulos blancos no pueden combatir las infecciones, los niños con leucemia son más proclives a contraer infecciones virales o bacterianas.
A veces, la leucemia se puede extender, o hacer metástasis. Si se extiende y afecta al cerebro, sus síntomas pueden incluir dolores de cabeza, crisis convulsivas, problemas en el equilibrio o problemas en la vista. Si se extiende y afecta a los ganglios linfáticos del pecho, sus síntomas pueden incluir dificultad para respirar y dolor de pecho.
La leucemia mielógena crónica se debe a un problema relacionado con los cromosomas. Los cromosomas contienen unos fragmentos de ADN llamados genes. En la leucemia mielógena, un fragmento de un cromosoma se desprende y se une un fragmento de otro cromosoma. Esto forma un gen mutado (modificado) llamado BCR-ABL. Este es el gen que le indica al cuerpo que fabrique una cantidad excesiva de glóbulos blancos anormales.
Los investigadores no están seguros de por qué ocurre esto.
Debido a que los síntomas de esta enfermedad pueden tardar mucho tiempo en aparecer, los médicos la pueden detectar cuando un niño se somete a un análisis de sangre ordinario por otros motivos. Los médicos analizan si un niño tiene leucemia a través de pruebas especiales. Entre ellas, se incluyen las siguientes:
El tratamiento de la leucemia mielógena crónica tiene en cuenta aspectos como:
El tratamiento puede incluir:
La meta del tratamiento consiste en lograr la remisión del cáncer, que es cuando deja de haber células cancerosas en el cuerpo. En cuanto se produce la remisión, los médicos usan inhibidores de la tirosina quinasa para mantener al niño en remisión y para seguir matando células cancerosas. El equipo médico evalúa con regularidad lo bien que está funcionando el tratamiento mediante análisis de sangre y midiendo cuántos genes anormales quedan en la sangre del paciente.
Tener un hijo a quien se le debe tratar un cáncer puede ser muy duro para cualquier familia. Pero usted no está solo. Para encontrar apoyo, hable con alguna persona del equipo médico que lleva a su hijo o con el trabajador social del hospital. Hay muchos recursos disponibles para ayudarlos a atravesar esta difícil situación.
También puede encontrar información y apoyo por internet en:
Reviewed by: Larissa Hirsch, MD
Date Reviewed: Oct 10, 2021