Los espasmos infantiles son un tipo poco común, pero grave, de epilepsia. Están asociados con un patrón de ondas cerebrales único y muy anormal que puede causar daños graves a un cerebro joven y en desarrollo. Este tipo de crisis convulsiva puede ocurrir durante los primeros 2 años de vida, más comúnmente entre los 5 y 7 meses de edad.
Los bebés con esta afección también pueden tener un desarrollo más lento de lo normal o pérdida de ciertas habilidades (como balbucear, sentarse o gatear). Los espasmos pueden ser muy difíciles de controlar y muchos niños tienen otros tipos de crisis convulsivas más adelante en la vida.
El término síndrome de West se usa cuando un bebé tiene espasmos infantiles, un patrón de EEG único (llamado "hipsarritmia") y un retraso en el desarrollo.
Los espasmos empiezan súbitamente y duran un segundo o dos. Suelen venir uno tras otro en conjuntos que duran varios minutos. Ocurren con mayor frecuencia justo después de que un niño se despierta. Se suelen confundir con sobresaltos, el cólico del lactante, el reflujo, o el hipo.
Un bebé puede presentar:
Los espasmos infantiles pueden ser causados por problemas con la forma en que se desarrolló el cerebro del bebé en el útero, infecciones, lesiones cerebrales o vasos sanguíneos anormales en el cerebro (como malformaciones arteriovenosas). Los espasmos infantiles también pueden ocurrir en bebés con algunos tipos de trastornos metabólicos y genéticos. En casos raros, los espasmos infantiles de un lactante se deben a una deficiencia en la vitamina B6.
Cada vez más mutaciones genéticas se relacionan con los espasmos infantiles. A menudo, se desconoce la causa de estas anomalías.
Los espasmos infantiles los diagnostican los neurólogos pediátricos (médicos que tratan el cerebro, la columna vertebral y los problemas que afectan al sistema nervioso). Las pruebas que se hacen para poder hacer un diagnóstico incluyen las siguientes:
Los espasmos infantiles se suelen tratar con medicamentos anticonvulsivos o esteroides. Si la medicación no logra controlar los espasmos, el hecho de seguir una dieta especial, como la dieta cetogénica, puede ayudar. A veces, los médicos recomiendan operar al niño.
Los espasmos infantiles pueden provocar problemas cognitivos, neurológicos y/o sensoriales. La mayoría de los niños con espasmos infantiles tendrán problemas con el desarrollo y pueden necesitar ayuda con las tareas diarias durante toda su vida.
Para ayudar a su hijo, siga las instrucciones del médico relacionadas con:
El médico de su hijo y el equipo médico que lo atiende pueden responder a sus preguntas y darle apoyo. También pueden recomendarle un grupo de apoyo en su localidad. Las organizaciones en línea también lo pueden ayudar, como las siguientes:
Reviewed by: Lily Tran, MD, Andrew I. Mower, MD
Date Reviewed: Feb 15, 2022