En la epilepsia, la cirugía consiste en operar el cerebro para reducir o detener las crisis epilépticas.
La epilepsia se opera cuando los ataques o crisis epilépticas no se pueden controlar con la medicación u otros tratamientos. La operación tiene como objetivo detener todas las crisis o, por lo menos, hacer que ocurran menos a menudo.
Después de la operación, algunos niños pueden dejar de tomar su medicamento para la epilepsia, aunque la mayoría de ellos lo deben seguir tomando, pero en menor cantidad.
En la epilepsia, se pueden hacer dos tipos de cirugías (operaciones): la cirugía de resección y la callosotomía:
Un neurólogo especializado en la epilepsia (o epileptólogo) hace pruebas para identificar en qué parte del cerebro empiezan las crisis. Luego, un grupo de especialistas en medicina se reúne para hablar sobre cómo operar. En este grupo se incluyen:
Las pruebas que se solicitan pueden incluir las siguientes:
También es posible que hagan estas pruebas para ver qué partes del cerebro controlan actividades como el habla, la memoria y la vista:
A su hijo le pondrán anestesia general para que esté dormido durante toda la operación y no sienta ningún dolor. Es posible que le afeiten el pelo del lugar de la incisión para reducir las probabilidades de infección.
El neurocirujano extraerá una parte pequeña del cráneo (lo que se llama craneotomía) para poder acceder al cerebro. Dependiendo del tipo de operación, el cirujano extraerá una parte del cerebro o bien cortará el cuerpo calloso. Luego, volverá a colocar la parte del cráneo en su sitio para que se pueda curar bien la herida.
La mayoría de las operaciones de epilepsia duran de 3 a 4 horas.
Después de la cirugía, a su hijo lo llevarán a un área especial de recuperación llamada unidad de reanimación (PACU, en inglés), durante unas pocas horas hasta que se haya recuperado por completo de la anestesia.
Dependiendo del tipo de operación que le hagan a su hijo, es posible que pase la primera noche en una unidad especial de cuidados intensivos y que luego lo lleven a la unidad de neurocirugía donde pasará el resto del internamiento hospitalario.
La mayoría de los niños vuelven a casa 3 o 4 días después de la operación. Les cuesta de 3 a 4 semanas recuperarse por completo de este tipo de operaciones.
Entre los riesgos asociados a la cirugía de la epilepsia, se incluyen la infección, el sangrado, la hinchazón cerebral y las complicaciones de la anestesia.
Hay otros riesgos que dependen del tipo de operación. Entre ellos, se incluyen el aumento de las crisis o los cambios en el habla, la vista, la memoria, el lenguaje y/o el movimiento. El epileptólogo y el neurocirujano hablarán con ustedes sobre la operación específica que vayan a practicar a su hijo.
Ayude a su hijo a prepararse para la operación. Los niños de todas las edades lo afrontan todo mucho mejor si se han hecho una idea sobre qué es lo que les va a ocurrir y por qué.
Use palabras sencillas y tranquilizadoras para explicarle a su hijo por qué lo tienen que operar. Hablen sobre su problema médico y sobre por qué es necesario operarlo. Dependiendo de la edad que tenga su hijo, puede hablar un poco con él sobre la operación y el período de recuperación. El médico de su hijo les puede recomendar libros, artículos y otros documentos adecuados para la edad de su hijo sobre el tema.
Después de operarse, su hijo estará muy somnoliento y necesitará descansar. Usted lo puede ayudar, limitando tanto la cantidad de visitas como el horario de visitas.
Su hijo deberá asistir a visitas de seguimiento y es posible que necesite hacer fisioterapia o logopedia después de salir del hospital. Organice todas las visitas de seguimiento que les recomiende el médico de su hijo.
En casa, su hijo necesitará cuidados hasta que se recupere por completo.
Llame al médico de inmediato si a su hijo:
Reviewed by: Amy W. Anzilotti, MD
Date Reviewed: Feb 20, 2021