Una malformación arteriovenosa es el resultado de una o más conexiones anormales entre una artería (un vaso sanguíneo que transporta sangre desde el corazón al resto del cuerpo) y una vena (un vaso sanguíneo que lleva la sangre de regreso al corazón).
Se trata de un atajo que permite que la sangre fluya desde una arteria hacia una vena sin pasar a través de diminutos vasos llamados capilares. Como el oxígeno y otros nutrientes solo pueden pasar de la sangre a los órganos del cuerpo a través de los capilares, este recorrido es importante.
La sangre que toma un atajo a través de una malformación arteriovenosa, lleva la sangre rica en oxígeno al corazón en lugar de llevarla al cuerpo. Esto significa que parte del trabajo que realiza el corazón es en vano y entonces el corazón debe trabajar más de lo normal. Cuando hay malformaciones arteriovenosas grandes o varias malformaciones arteriovenosas, puede ser tanto el trabajo desperdiciado del corazón, que este no logra cumplir su función correctamente.
Es posible que los niños con una malformación arteriovenosa presenten estos signos:
Muchas malformaciones arteriovenosas, especialmente las que están en la cabeza, no se detectan hasta la edad adulta. Las malformaciones arteriovenosas en la cabeza pueden causar:
El sangrado de una malformación arteriovenosa puede ser difícil de detener. Si el sangrado es frecuente, puede causar anemia (bajo recuento de glóbulos rojos). El sangrado dentro del cráneo puede ser muy peligroso, incluso en cantidades mínimas. Es posible que las malformaciones arteriovenosas crezcan y causen problemas por la presión en otras partes del cuerpo.
Las malformaciones arteriovenosas son un tipo de malformación vascular (también llamadas "anomalías vasculares") que aparecen cuando los vasos sanguíneos no se desarrollan normalmente.
Los médicos desconocen las causas de las malformaciones arteriovenosas. Los niños que las tienen, nacieron con ellas. Una malformación arteriovenosa puede aumentar de tamaño a medida que el niño crece.
Las malformaciones arteriovenosas pueden acompañar a algunos síndromes genéticos, entre los que se encuentran los siguientes:
Los médicos suelen encontrar las malformaciones arteriovenosas durante una exploración física porque pueden sentir el pulso de los vasos. Después, usan otras herramientas para obtener más información de la malformación y planificar el tratamiento. Entre esas herramientas se encuentran las siguientes:
El tratamiento que utilicen los médicos para una malformación arteriovenosa depende de su ubicación y tamaño, y de cómo afecta al niño.
Los médicos quizás traten una malformación arteriovenosa para aliviar el dolor, reducir el sangrado y aminorar su tamaño o sus efectos en los órganos cercanos. Cuando el corazón de un niño trabaja con más intensidad de la habitual debido a una malformación arteriovenosa, el tratamiento precoz previene los cambios a largo plazo en el músculo cardíaco o posibles insuficiencias cardíacas.
Las malformaciones arteriovenosas en los brazos, las piernas y el cuerpo son más fáciles de tratar que las que se encuentran en la cabeza.
Las que se están fuera del cráneo se tratan con los siguientes procedimientos:
Las malformaciones arteriovenosas en la cabeza reciben el nombre de malformaciones arteriovenosas intracraneales y se pueden tratar por medio de embolización, cirugía con el uso de radiación (radiocirugía) o cirugía.
En general, los tratamientos de embolización y escleroterapia están a cargo de un radiólogo intervencionista, un médico que se especializa en procedimientos mínimamente invasivos guiados por imágenes.
El tratamiento que los médicos escogen para las malformaciones arteriovenosas depende de su tamaño, su ubicación y sus síntomas. Es posible que una malformación arteriovenosa pequeña que no está en la cabeza jamás necesite tratamiento; pero esto podría cambiar a medida que el niño crece. Algunas malformaciones arteriovenosas se agrandan; por lo tanto, es importante hacer un seguimiento del tamaño y los efectos que tienen sobre la salud y las actividades del niño.
Los niños pueden sentirse inseguros o avergonzarse por el aspecto de su malformación arteriovenosa. Asegúrese de brindarle apoyo emocional a su hijo. Puede ser útil buscar un grupo de apoyo en su localidad, donde otras familias puedan hablar sobre lo que les funciona a ellas. Consulte con el equipo médico que atienda a su hijo. También puede buscar por Internet:
Los niños y adolescentes pueden hablar con un psicólogo si están tristes o angustiados por una malformación arteriovenosa o su tratamiento.
Reviewed by: Stacy A. White Jr, MD
Date Reviewed: Feb 17, 2021