Un fijador externo es un armazón metálico que se utiliza para fijar los huesos en su sitio. Dispone de unos tornillos que atraviesan la piel y llegan hasta el hueso. El fijador externo que se usa para alargar las extremidades, dispone de unas barras o tubos que se giran para alargar y realinear lentamente el hueso.
Los tornillos atraviesan la piel y llegan hasta el hueso, lo que puede ofrecer una vía de entrada de los gérmenes al interior del cuerpo, y dar lugar al desarrollo de infecciones. Si se produce una infección, su hijo deberá tomar antibióticos. Para ayudar a prevenir posibles infecciones, es necesario mantener los tornillos de fijación bien limpios.
Limpie los tornillos una vez al día, a menos que su equipo de traumatología le dé otras instrucciones.
Si los gérmenes del lugar de inserción de un tornillo penetran en el lugar de inserción de otro tornillo, se puede producir una infección. Por lo tanto, no deje que nada que haya tocado un tornillo entre en contacto con otro tornillo. Esto incluye guantes, gasas, pinzas, bastoncillos de algodón y cualquier otra cosa que entre en contacto con los tornillos.
Para limpiar los tornillos de fijación:
Enrojecimiento, dolor, calor, hinchazón o una secreción abundante en cualquier lugar de inserción de los tornillos pueden ser signos de que su hijo sufre una infección en el área de los tornillos. Una fiebre superior a 100,4 ºF (38 °C) también puede ser un signo de infección.
Llame al cirujano de su hijo de inmediato si presenta signos de infección en el área de los tornillos. Para eliminar la infección, su hijo deberá tomar antibióticos.
El cuidado de un fijador externo requiere tiempo y paciencia. Mantenga una actitud positiva que permita que su hijo sepa que lo pueden hacer los dos juntos. Con su ayuda, su hijo podrá obtener los mejores resultados de la operación.
Reviewed by: Susan M. Kelly, MD, L. Reid Nichols, MD
Date Reviewed: Jan 10, 2018