Cuando su hijo se convierta en un adolescente, deberá empezar a prepararse para su futuro después de la enseñanza secundaria. ¿Dónde vivirá su hijo cuando sea adulto? ¿Ir a la universidad o a un centro de formación profesional es una opción? ¿Y trabajar?
Son muchas las cosas a tener en cuenta, pero los planes de transición pueden ayudar. Con una cuidadosa atención y ayuda procedente del centro escolar de su hijo, sus médicos y las agencias gubernamentales de su estado, usted puede hacer que el paso a la etapa adulta sea lo menos estresante, tanto para usted como para su hijo.
He aquí 6 pasos a considerar.
Algunos centros educativos empiezan a preparar el futuro de un adolescente a las edades de 13 o 14 años; por la ley federal, un programa educativo individualizado (IEP) de transición se debe iniciar cuando el niño tiene unos 16 años. Un IEP de transición aborda si un adolescente es capaz de:
Si recibir un mayor nivel de formación no es adecuado para su hijo, tal vez lo sea:
El equipo del IEP hablará con usted y con su hijo sobre sus metas de futuro.
El IEP de transición también aborda dónde vivirá su hijo en edad adolescente cuando sea adulto. Si la vida independiente, la vida supervisada o un hogar compartido con un grupo se encuentran entre sus opciones, el IEP puede especificar qué apoyos son necesarios para hacerlo posible. Esto puede incluir la instrucción en aspectos básicos: cómo orientarse en el mundo estando solo, cómo viajar en transporte público, cómo gestionar el dinero y cómo programar y elaborar comidas saludables.
La agencia de discapacidades del desarrollo de su estado es posible que le pueda poner en contacto con programas y servicios de los que se puede beneficiar su hijo en edad adolescente. Para que su hijo sea elegible, es decir, para que cumpla los requisitos necesarios para beneficiarse de cualquier recurso, usted lo debe registrar en la agencia de discapacidades del desarrollo que le corresponda. Las listas de espera para ciertos programas, como el de los hogares compartidos, puede ser tan larga como de hasta 10 años; por lo tanto, registre a su hijo lo antes posible.
Para aprender más cosas sobre los recursos de que se podría beneficiar su hijo en edad adolescente y cómo hacer este tipo de solicitudes, visite Benefit Finder del gobierno de los EE.UU.
Si a su hijo le interesa estar más formado o prepararse para un trabajo, pero usted no está seguro de qué es lo que le iría mejor, busque entre las opciones disponibles. Existen muchos caminos a seguir, como las siguientes:
Cuando tengan que tomar decisiones sobre qué es lo mejor para su hijo, siéntense a hablar y comenten qué es lo que a él le interesa. Si necesita ayuda para tomar una decisión sobre el tipo de habilidades para trabajar en el mundo real de que dispone su hijo, plantéese la posibilidad de consultar a un psicólogo especializado en orientación profesional. Un profesional de estas características le puede ayudar a identificar las habilidades que necesitan los empleados.
Recuerde que su hijo está creciendo y aprendiendo día tras día. Cuando acabe la enseñanza secundaria, es posible que decida ir en una dirección diferente. Por lo tanto, sea flexible y mantenga bien abiertas todas las opciones posibles mientras planifica el futuro de su hijo.
Cuando alguien cumple 18 años, independientemente de sus capacidades o discapacidades, se considera una persona adulta a ojos de la ley. Si su hijo en edad adolescente no puede tomar decisiones sobre temas médicos o financieros, considere la posibilidad de asegurarle un representante legal. Así, usted podrá seguir tomando decisiones médicas o financieras en favor de su hijo.
Así mismo, fíjese bien en las opciones de su seguro de salud. Por ahora, los hijos adultos pueden seguir incluidos en la póliza médica de uno de sus padres hasta que cumplan 26 años. Cumplida esta edad, un adulto joven puede cumplir los requisitos necesarios para beneficiarse de la cobertura de Medicaid. Es posible que su hijo en edad adolescente también cumpla los requisitos necesarios para beneficiarse del Seguro Social y Seguridad de Ingreso Suplementario (SSI, por sus siglas en inglés); por lo tanto, asegúrese de que su hijo recibe todas las coberturas médicas de que se pueda beneficiar.
Ahora, es otro buen momento para que eche otro vistazo a su testamento. Tal vez tenga más hijos que también estén llegando a la etapa adulta. Considere la posibilidad de hablar con sus otros hijos sobre los cuidados que necesitará su hijo con autismo cuando se haga adulto, y si quieren o no participar en este tipo de cuidados.
El cuerpo se su hijo también está madurando. Esto significa que tal vez quiera tener una relación romántica que incluya sexo. Si su hijo quiere mantener este tipo de relaciones, dígale que hable con su médico para que le explique cómo protegerse tanto de los embarazos no deseados como de las enfermedades de transmisión sexual (ETS).
Lamentablemente, las personas con discapacidades son más proclives a ser víctimas del acoso sexual. Por lo tanto, es importante que hable con su hijo en edad adolescente sobre los tocamientos apropiados e inapropiados de las partes íntimas y sobre la conducta sexual. Dígale a su hijo que acuda a usted si se siente incómodo en alguna situación o si alguien lo toca de una forma inapropiada.
Es posible que usted haya confiado en el mismo equipo de pediatras, especialistas y terapeutas durante toda la vida de su hijo. Pero la mayoría de los profesionales de la salud que tratan a niños requerirán que su hijo haga la transición a la medicina para adultos cuando cumpla unos 21 años de edad.
Hable con los actuales médicos de su hijo para que les remitan a otros profesionales que puedan ofrecer atención para adultos. Así mismo, amigos suyos, grupos de apoyo o grupos de concienciación nacional sobre el autismo les pueden recomendar a profesionales para adultos especializados en el autismo.
Reviewed by: Anne M. Meduri, MD
Date Reviewed: Dec 11, 2017