Cuando comemos, el cuerpo transforma la comida en un azúcar llamado “glucosa”. Al igual que la gasolina en los automóviles, la glucosa les proporciona combustible a nuestras células. ¿Cómo llega la glucosa a las células? Es transportada en el torrente sanguíneo. La hormona insulina ayuda a la glucosa a llegar a las células, de modo que pueda utilizarse como energía.
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