Una radiografía es una prueba segura e indolora que usa una pequeña cantidad de radiación (rayos X) para generar una imagen de los huesos, órganos y otras partes del cuerpo.
Las imágenes de las radiografías son en blanco y negro. Las partes densas del cuerpo, como los huesos, bloquean el paso de los rayos X a través del cuerpo. Estas partes se ven blancas en la imagen. Los tejidos más blandos, como la piel y los músculos, permiten el paso de los rayos X a través de ellos. Estos tejidos se ven más oscuros en la imagen.
Las radiografías se realizan comúnmente en consultorios médicos, departamentos de radiología, centros de imágenes y consultorios dentales.
En una radiografía de antebrazo, una máquina de rayos X envía un haz de radiaciones a través del antebrazo (incluyendo la muñeca, el radio, el cúbito y el codo), que se registra en forma de imágenes en una película especial o en una computadora.
Un técnico de radiología tomará imágenes del antebrazo:
Las radiografías de antebrazo se realizan mientras el niño se sienta y coloca el brazo sobre una mesa. El niño debe permanecer quieto durante 2 a 3 segundos mientras se toma cada radiografía para que las imágenes sean claras. Si una imagen está borrosa, el técnico puede tomar otra.
Una radiografía de antebrazo puede ayudar a los médicos a encontrar la causa de síntomas como el dolor, las molestias, la inflamación la presencia de deformidades en el antebrazo. Permite ver si hay huesos rotos (o fracturas) o articulaciones dislocadas. Después de haber recolocado un hueso fracturado, una radiografía puede mostrar si los huesos están bien alineados y si se han curado bien.
Una radiografía puede ayudar a los médicos a planificar una cirugía, cuando sea necesario, y verificar los resultados después de la misma. También pueden ayudar a detectar las últimas fases de las infecciones, así como quistes, tumores y otras enfermedades que afectan a los huesos del antebrazo.
Reviewed by: Larissa Hirsch, MD
Date Reviewed: Mar 20, 2022