El TOC es una afección de la salud mental. Causa unos pensamientos llamados obsesiones, ansiedad y unos comportamientos llamados compulsiones (o rituales). Las personas con TOC se sienten apresadas en un estresante ciclo de pensamientos y conductas.
La terapia cognitivo conductual ayuda a las personas con TOC a superar este ciclo. Aprenden a afrontar sus molestos pensamientos, a calmar la ansiedad y a afrontar sus miedos con seguridad y sin necesidad de hacer sus rituales. Hay algunas personas que también se medican para tratar el TOC.
Si crees que tienes un TOC, habla con uno de tus padres o con otro adulto que sea importante en tu vida. Pídele que concierte hora de visita con un médico o un profesional de la salud mental para que te vea. Si resulta que tienes un TOC, colabora con tu médico o terapeuta para aprender y poner en práctica las habilidades que se sabe que ayudan a mejorar el TOC.
Las obsesiones son pensamientos que causan ansiedad. Pueden ser pensamientos de miedo sobre cosas malas que podrían ocurrir. O ideas sobre cómo deben estar las cosas. Se puede tratar de dudas persistentes y agobiantes sobre si las cosas están o no están bien. O imágenes o ideas sobre cosas que dan miedo, que son negativas o que están mal.
El TOC hace que estos pensamientos estresantes te vengan a la mente una y otra vez. Los pensamientos pueden tratar sobre cualquier cosa, pero en muchas personas con TOC, estos suelen ser sobre:
Las compulsiones son conductas que las personas con TOC sienten que tienen la necesidad de hacer. También se llaman ritos o rituales. Para algunas personas con TOC, los rituales parecen ser la manera de detener los pensamientos obsesivos, arreglar las cosas, sentirse seguras o asegurarse de que no les ocurran cosas malas. Los rituales pueden ser acciones o pueden ser cosas que la persona se dice dentro de la cabeza.
He aquí algunos ejemplos de rituales. Una persona con TOC pude sentir que tiene que:
Muchas personas con TOC afirman que sus rituales no tienen sentido. Pero que su TOC hace que se sientan inseguras. Y sienten una fuerte necesidad de hacer el ritual. Sienten que, si ni lo hacen, les pasará algo malo. Al principio, los rituales les proporcionaban cierto alivio con respecto a sus pensamientos obsesivos.
Pero luego sus rituales se multiplican. Les exigen más tiempo y les hacen gastar más energía. Y sus ideas obsesivas les siguen viniendo. Así es como el TOC se convierte en un círculo vicioso y estresante. En vez de detener el TOC, los rituales lo mantienen.
Una persona con TOC se puede pasar más de una hora al día preocupada por sus ideas obsesivas y por sus rituales. Puede comprobar o revisar las cosas, reorganizarlas, corregirlas, borrarlas, contarlas o empezar una y otra vez, solo para tener la sensación de que las cosas están bien. La persona no quiere pensar en esas cosas. Pero el TOC hace que no lo pueda evitar, que esos pensamientos le resulten difíciles de ignorar. Ella no quiere hacer sus rituales. Pero el TOC le hace sentir que los tiene que hacer.
El TOC puede afectar a muchas partes de la vida de una persona. Cosas como vestirse por la mañana, desayunar o hacer los deberes pueden estar llenas de decisiones estresantes. El TOC puede hacer que parezca que tomar una decisión acertada podría impedir que ocurriera algo malo en el futuro inmediato. O que tomar una decisión incorrecta podría hacer que ocurriera algo malo.
Una persona con TOC puede no saber por qué piensa, siente o hace este tipo de cosas. Puede tratar de ocultar sus miedos y sus rituales. Le puede preocupar qué piensan los demás sobre ella. Hasta puede llegar a pensar que se está volviendo loca, aunque no lo esté. El TOC puede hacer que ocurran todas estas cosas.
Al igual que en muchos otros problemas de salud, los genes de la persona desempeñan un papel en las probabilidades de tener un TOC. Por eso el TOC se suele dar por familias. Los genes pueden afectar a la química, la estructura y la actividad de varias partes diferentes del cerebro. En el TOC, estas diferencias hacen que pensamientos no deseados se queden "fijos" o anclados en la mente, en vez de alejarse de ella. El TOC se inicia porque la persona posee genes que lo favorecen.
Pero el TOC persiste gracias a los rituales. Cuanto más tiempo dedica una persona a los rituales, más se intensifica su TOC. Esto ocurre porque nuestras mentes aprenden a hacer lo que practicamos. Nuestras mentes también tienden a aprender a hacer las cosas que aportan recompensas. Y en el TOC, los rituales "refuerzan" o recompensan al cerebro con una sensación de alivio.
El TOC se trata con un tipo de terapia cognitivo conductual. En este tipo de terapia, los pacientes quedan con un terapeuta para hablar, aprender y practicar habilidades. Aparte de ir a terapia, algunas personas con TOC también se medican.
En terapia, las personas pueden aprender:
Pero, incluso cuando una persona con TOC sabe eso, no es fácil que deje de hacerlos. Por eso, en terapia se enseñan habilidades como:
En terapia, los pacientes practican el uso de estas habilidades. Uno a uno, afrontan sus miedos si tener que hacer los rituales. Esto puede resultar molesto e incómodo al principio, pero mejora deprisa con la práctica. Cuanto más evitan hacer sus rituales las personas con TOC, más se esfuman sus pensamientos negativos. Conforme la persona va practicando las habilidades que aprende en terapia, su actividad cerebral puede ir cambiando a mejor.
La terapia lleva tiempo; cuánto tiempo es algo que depende de la persona. La mayoría de la gente hace terapia con sus terapeutas cada semana durante unos pocos meses o más. Algunas personas hacen terapia más a menudo.
El terapeuta enseña, apoya y anima a sus pacientes a lo largo de todo el proceso. A menudo, el terapeuta trabajará también con los padres. A los padres les interesas saber cómo ofrecer el mayor apoyo a sus hijos cuando los miedos o los rituales del TOC ocurren en casa.
Si crees que podrías tener un TOC:
Si averiguas que tienes TOC:
Reviewed by: D'Arcy Lyness, PhD
Date Reviewed: Jul 31, 2021