El maltrato consiste en que alguien lesiona o causa estrés emocional en otra persona. El maltrato puede afectar a cualquiera. Puede ocurrir en el seno de cualquier tipo de relación, como las amistades, las relaciones románticas o entre los miembros de una familia. El maltrato puede ocurrir de muchas maneras diferentes. Los delitos de odio contra personas por motivos de raza, religión, capacidad, género u orientación sexual también son tipos de maltratos.
El maltrato físico, el psicológico y los abusos sexuales son los tipos de maltratos más conocidos.
Otro tipo de maltrato es el maltrato en línea, que es un maltrato psicológico o sexual que ocurre en el mundo virtual:
Otros tipos de maltrato incluyen:
Reconocer el maltrato puede resultar difícil para quienes llevan muchos años viviendo con él y para quienes son maltratados por personas a quienes quieren y en quienes confían. Es posible que los adolescentes maltratados crean, equivocadamente, que son ellos quienes provocan el maltrato por no hacer lo que sus padres les indican, por saltarse las reglas o por no estar a la altura de sus expectativas.
Haberse criado en el seno de una familia donde ha habido violencia doméstica puede hacer pensar que esa es la manera adecuada o la única manera de que los miembros de una familia se traten entre sí. Es posible que una persona que solo conoce este tipo de relaciones crea, erróneamente, que golpear, pegar, empujar o insultar son formas absolutamente normales de tratar a los demás cuando nos enfadamos.
Presenciar episodios de malos tratos entre los padres puede llevar a los hijos a creer que este tipo de relaciones son completamente normales. Pero el maltrato no es una forma típica ni saludable de tratar a la gente. Si no estás seguro de si estás recibiendo maltrato, o si sospechas que un amigo tuyo lo está recibiendo, siempre está bien preguntárselo a un adulto o amigo de confianza.
Los gritos y los enfados pueden ocurrir en muchas relaciones entre padres y adolescentes y en muchas relaciones de amistad. Pero si los castigos, las discusiones o los gritos van demasiado lejos o se prolongan durante demasiado tiempo, pueden generar estrés y otros problemas graves.
Los malos tratos pueden afectar negativamente a la autoestima, el estado de ánimo, la concentración, la calidad del sueño o el interés en las actividades con las que antes disfrutaba un adolescente. Los efectos del maltrato pueden repercutir negativamente en todos los aspectos de la vida de una persona, y estos efectos suelen durar hasta mucho después de que concluyan los malos tratos. El impacto del maltrato difiere en función de cada persona, porque la respuesta al maltrato depende de muchas cosas, como la edad que tenga la persona cuando lo reciba y el apoyo que le den. Por eso, es importante buscar ayuda lo antes posible.
Los adolescentes que reciben malos tratos suelen estar asustados, anestesiados o confundidos sobre lo que les está ocurriendo. Es posible que se sientan culpables, avergonzados o, incluso, responsables de lo que les sucede. Pero el maltrato nunca es culpa de la persona que lo recibe, por mucho que su autor trate de culpar a los demás.
A las personas que son víctimas de malos tratos, les puede resultar difícil pedir ayuda, porque, para ello, tienen que acusar a alguien a quien quieren, alguien que puede ser maravilloso con ellos la mayor parte del tiempo y muy desagradable solo en algunos momentos. Es posible que les preocupe o que teman las consecuencias de hacer una denuncia, sea por temor a lo que pueda hacer el agresor o por cómo se sentirá la familia si este último tuviera que salir de la casa familiar.
Por motivos como estos, puede ser muy difícil pedir ayuda, pero es muy importante pedirla.
Las personas que están recibiendo maltratos necesitan recibir ayuda. Mantener los maltratos en secreto no protege a nadie de futuros maltratos, solo hace más probable que el maltrato continúe y posiblemente que afecte a más personas.
Si necesitas ayuda ahora y estás en peligro, llama al 911. Di tu nombre y dónde estás para que te puedan ayudar.
Si tú o alguien a quien conoces es víctima del maltrato, habla con un adulto en quien tú o tu amigo confíen: un familiar, un profesor de confianza, un médico, un orientador escolar o un religioso. Muchos profesores, orientadores y terapeutas tienen la formación necesaria para detectar y denunciar el maltrato. Si el primer adulto a quien se lo cuentas no parece prestarte atención, sigue explicándoselo a otros adultos hasta que haya uno que responda.
Pedir ayuda y recibir apoyo es el primer paso importante. Trabajar con un buen terapeuta puede ayudar a los adolescentes a elaborar los complicados sentimientos y reacciones asociadas a ser víctima del maltrato. Este proceso puede ayudar a un adolescente a reconstruir las emociones de seguridad y confianza. La mayoría de los adolescentes que reciben la ayuda que necesitan afirman sentirse mejor consigo mismos.
Hace falta ser muy valiente para hablar sobre este tipo de cosas, y a veces los adolescentes necesitan un tiempo para sentirse lo bastante fuertes como para hacerlo. Es completamente normal. Basta con que sepas que contárselo a una persona de confianza es lo mejor y lo más valiente que puedes hacer. Te sentirás mucho mejor si tomas esos pasos para estar seguro y feliz y poner fin al maltrato.
Si no te sientes capaz de explicárselo a un adulto de confianza, contacta con un grupo de apoyo para afrontar crisis. Si vives en Estados Unidos:
Si vives fuera de Estados Unidos: visita Child Helpline International (línea de atención internacional para niños) a fin de encontrar ayuda en tu zona.
A veces, las personas que son víctimas de la violencia familiar tienen que buscar un lugar seguro para vivir durante un tiempo. Tener que irse de casa nunca es fácil. Pero es importante protegerse de futuros malos tratos. Si llamas a una línea de atención, allí te podrán ayudar a encontrar un domicilio seguro, si lo necesitas.
Reviewed by: Stephanie A. Deutsch, MD, Allison T. Dovi, PhD
Date Reviewed: Nov 1, 2020