La retinitis pigmentosa es una afección de base genética que conduce a la pérdida de la visión a lo largo del tiempo. Típicamente, las personas con esta afección empiezan perdiendo la visión nocturna, y más adelante, acaban por perder la visión diurna.
Las personas con retinitis pigmentosa suelen tener otros problemas oculares que afectan a la visión, como importantes errores de refracción, opacidad del cristalino (cataratas) o inflamación de la retina. Puede haber antecedentes familiares de ceguera.
En la mayoría de los tipos de retinitis pigmentosa, la pérdida de la visión empieza a principios de la adolescencia y continúa durante la etapa adulta. A veces, esta afección puede empezar antes o más adelante.
La pérdida de la visión ocurre muy lentamente. Cuando empieza, un niño puede:
Este tipo de problemas se suelen poner de manifiesto durante las actividades cotidianas del niño. Por ejemplo, un niño puede empezar a:
La retina es una fina capa de tejido ubicada en el fondo del ojo. Recibe luz y la convierte en señales eléctricas que viajan hacia el cerebro, lo que nos permite ver imágenes. La retina está compuesta por unas células sensibles a la luz llamadas bastones y conos.
En la retinitis pigmentosa, con el paso del tiempo, los bastones, que nos ayudan a ver por la noche, desaparecen. Más adelante, los conos, que nos ayudan a ver en colores por el día, también desparecen.
A veces, la retinitis pigmentosa se da por familias u ocurre en personas con algunos tipos de síndromes. Pero hay otras personas que la desarrollan sin contar con antecedentes familiares ni síndromes.
Si se trata de una afección que se da en el seno de una familia, las pruebas genéticas pueden indicar si un niño tiene probabilidades de desarrollar una retinitis pigmentosa antes de que le aparezcan los síntomas.
Cuando un niño presenta síntomas de retinitis pigmentosa, un médico especializado en los ojos (oculista u oftalmólogo) le:
El oftalmólogo le puede pedir pruebas, como las siguientes:
El tratamiento para curar la retinitis pigmentosa o para recuperar la visión perdida es limitado. La terapia genética puede ayudar en la retinitis pigmentosa causada por un defecto en el gen RPE65. A veces, hacer cambios en la dieta y tomar vitaminas puede enlentecer un poco el proceso de pérdida de la visión. Los médicos pueden recomendar que los niños con retinitis pigmentosa lleven gafas de sol para evitar la fuerte luz solar cuando salgan al exterior.
Si un niño con retinitis pigmentosa tiene otros problemas oculares que pueden empeorar su visión (como errores de refracción, astigmatismo, cataratas o inflamación de la retina), estos problemas sí que se pueden tratar.
Si su hijo tiene una retinitis pigmentosa, hable con un asesor genético para averiguar:
Siga las instrucciones del oftalmólogo de su hijo sobre cualquier cambio en la dieta, la toma de vitaminas y el uso de una protección especial con respecto a la luz solar. Así mismo, un especialista en baja visión puede ayudar a optimizar la visión de su hijo y recomendarle herramientas para mantener esta función.
También puede encontrar más información y más apoyo en internet:
Reviewed by: Sarah Logan, MD
Date Reviewed: Sep 2, 2023
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