Si vives con un padre o una madre que tiene problemas con el alcohol o las drogas, no estás solo. Los problemas con el alcohol y las adicciones a las drogas (como los opioides) se conocen como trastornos por abuso de sustancias.
Estos trastornos perjudican la salud de la persona y modifican su forma de actuar. También causan problemas en casa y en el trabajo. No es fácil vivir con una persona que tiene un problema de abuso de sustancias. Sobre todo, si se trata de uno de tus padres.
Si te está ocurriendo a ti, explica a una persona de confianza cómo lo llevas y cómo te sientes. Obtén el apoyo que necesitas y que mereces.
Vivir con un progenitor que tiene un problema de abuso de sustancias es muy duro. Puede afectar a cómo te sientes y a cómo actúas. También puede afectar a tu vida familiar. La forma en que afecta a un hijo el abuso de sustancias por parte de un padre difiere de una persona a otra. Aquí tienes algunos ejemplos frecuentes. Fíjate si alguno de ellos describe cómo te sientes.
Cómo se pueden sentir los hijos. Algunos hijos sienten:
Cómo pueden llegar a actuar los hijos. Algunos hijos:
Cómo se puede ver afectada la vida familiar. En algunas familias con problemas de abuso de sustancias:
Si vives con uno de tus padres y este tiene un problema de abuso de sustancias, lo más probable es que lo estés pasando muy mal. Contacta con otras personas en busca de seguridad, ayuda y apoyo. Aquí tienes algunas cosas que puedes hacer:
Ábrete a una persona de confianza. Habla con un buen amigo. Habla también con un adulto de confianza. Por ejemplo, un profesor, un médico, un terapeuta, o un pariente. Explícale por lo que estás pasando. Puede ser un alivio compartir con otra persona cómo son las cosas para ti. Y ellos te pueden ayudar de otras formas.
Ten la certeza de que no es por tu culpa. Algunas personas se culpan a sí mismas del abuso de sustancias de uno de sus padres. Pueden pensar en aquellos momentos en que el padre o la madre estaba enfadado y las culpó a ellas. Tal vez se pregunten si son las causantes de que su padre o su madre beba alcohol o abuse de las drogas. Pero nada que un hijo pueda hacer hace que una persona tenga problemas de abuso de sustancias.
Conoce y nombra tus emociones. No ocultes tus sentimientos ni hagas de cuenta que todo está bien. Fíjate en cómo te hace sentir que uno de tus padres tenga un problema de abuso de sustancias. Está bien sentir lo que sientes. Usa palabras (y no actos que pueden hacer daño) para expresar cómo te sientes y por qué.
Busca un grupo de apoyo. Busca un grupo, como Al-Anon o Alateen (disponen de un teléfono que funciona durante las 24 horas del día: 1-800-344-2666) o busca otros grupos de apoyo por internet. Únete a un grupo de apoyo. Hablar con otras personas que están atravesando una situación similar a la tuya te puede ayudar a afrontar mejor tu situación.
Busca un lugar seguro. ¿Haces todo lo posible para evitar estar en tu casa? ¿Te has planteado alguna vez escaparte de casa? Si no te sientes seguro en casa, puedes llamar al servicio de atención telefónica permanente de la National Domestic Violence (Violencia Doméstica Nacional): (800) 799-SAFE. Y, si crees que tú o algún otro miembro de tu familia están en peligro, llama al teléfono de emergencias (911).
Crea buenos hábitos emocionales. Algunas personas aprenden a no defender sus derechos ni a mostrar sus emociones. Les preocupa que esas conductas puedan desencadenar el consumo de alcohol o el abuso de sustancias por parte de uno de sus padres. Este tipo de hábitos te pueden ayudar a sobrevivir en los momentos duros que vives en tu casa. Pero quizás no funcionen en otros aspectos de tu vida. Saber defender tus derechos, decir cómo te sientes y mostrar tus emociones ayudan a tener buenas relaciones en el futuro. A veces, la gente necesita ir a terapia para desarrollar buenos hábitos que no pudieron aprender cuando vivían con un progenitor alcohólico o adicto a otras sustancias.
Detén el ciclo. Los hijos de progenitores con problemas de abuso de sustancias están expuestos a un mayor riesgo de desarrollar este mismo tipo de problemas. Formar parte de un grupo de apoyo o recibir terapia te pueden ayudar a evitar este riesgo.
Reviewed by: D'Arcy Lyness, PhD
Date Reviewed: Mar 1, 2022