Las lesiones del plexo braquial afectan a la red de nervios que proporciona la sensibilidad y el control de los músculos del hombro, el brazo, el antebrazo, la mano y los dedos.
En los recién nacidos, estas lesiones pueden aparecer si ocurre lo siguiente:
Existen diferentes tipos de lesiones del plexo braquial. Según el lugar del nervio donde ocurran, estas lesiones a veces reciben el nombre de parálisis del plexo braquial neonatal o parálisis de Erb.
Durante el parto, puede ocurrir una lesión del plexo braquial si el cuello del bebé se estira hacia un lado.
La red de nervios del plexo braquial comienza con las raíces nerviosas de la médula espinal en el cuello y llega hasta la axila. Desde allí, los nervios se ramifican y continúan a lo largo del brazo, la mano y los dedos.
Cuando una fuerza aumenta el ángulo entre el cuello y los hombros, los nervios del plexo braquial pueden estirarse o desgarrarse. La lesión también puede arrancar las raíces nerviosas del plexo braquial de la médula espinal. Los nervios dañados pierden un poco de sensibilidad y hacen que los movimientos de los músculos sean débiles.
Los signos de una lesión del plexo braquial suelen incluir los siguientes:
Las lesiones del plexo braquial neonatal son un tipo común de lesión de nacimiento. Sin embargo, identificarlas en los recién nacidos puede ser difícil. Los médicos revisarán el brazo afectado para ver si hay parálisis o adormecimiento y verificar la posición y la fuerza del agarre. También comprobarán el reflejo de Moro del bebé (respuesta a un sobresalto). Esto es cuando un bebé mueve los brazos repentinamente hacia los lados y los vuelve a llevar rápidamente al centro del cuerpo.
En general, los estudios y tratamientos son supervisados por un especialista en el tratamiento de bebés con estas lesiones. El especialista podría solicitar:
La mayoría de los bebés con una lesión del plexo braquial recuperan tanto el movimiento como la sensibilidad del brazo afectado. En los casos leves, esto puede ocurrir sin que haga falta ningún tratamiento.
Muchos bebés necesitarán terapia física o terapia ocupacional. Un fisioterapeuta les enseñará ejercicios para que los padres hagan en su hogar y ayuden al bebé a mejorar. Las técnicas de masaje y los estiramientos también pueden ayudar.
En el caso de lesiones más graves, el cuidado del niño estará a cargo de un equipo de especialistas de las siguientes áreas:
Si el dolor, la debilidad, o el adormecimiento continúa, un neurocirujano puede llevar a cabo una operación. Las opciones incluyen:
Después de la cirugía, la nueva función nerviosa puede tardar 8 meses o más en aparecer. Las mejoras en la fuerza, el rango de movimiento y el control pueden continuar hasta durante 18 meses o más después de la cirugía.
Es importante diagnosticar y tratar las lesiones del plexo braquial lo más pronto posible. El tratamiento temprano ofrece las mejores probabilidades de recuperación completa para el bebé.
Reviewed by: Christopher A. Gegg, MD
Date Reviewed: Apr 10, 2022