En torno a los 8 meses de edad, la mayoría de los bebés son unos expertos en el consumo de papillas infantiles de cereales enriquecidas con hierro y los purés que forman parte de su dieta, junto con la leche materna o de fórmula.
A lo largo de los próximos meses, empezarán a explorar los alimentos propios de los adultos.
Ofrezca a su bebé una amplia variedad de gustos y texturas procedentes de todos los grupos de alimentos. Empiece cualquier alimento nuevo con un rodaje de prueba (de un par de días a una semana) a fin de detectar posibles reacciones alérgicas. Los bebés menores de 12 meses de edad no deben comer:
Lo bebés de esta edad es muy probable que muestren interés por los alimentos propios de los adultos. Usted puede aplastar los alimentos con un tenedor, o bien cortar a trocitos pequeños o triturar cualquier alimento que coma el resto de la familia. Para prevenir los atragantamientos y las asfixias por aspiración, cocine los alimentos que sirva al bebé durante más tiempo, hasta que estén muy blandos, y córtelos en trozos pequeños que su bebé pueda masticar con seguridad.
Cuando los bebés tienen alrededor de 9 meses, suelen poder agarrar la comida entre los dedos índice y pulgar, lo que les permite intentar comer solo usando las manos.
Si todavía no ha dejado que su bebé se una al resto de la familia en las comidas, deje que lo haga a partir de ahora. A los bebés de esta edad les encanta sentarse a la mesa.
A partir del año, los bebés ya están preparados para cambiarse a la leche de vaca. Si usted sigue amamantando a su bebé, puede continuar más allá del año, si es lo que prefiere. Si opta por poner fin a la lactancia materna antes de que su hijo cumpla un año, dele leche de fórmula enriquecida con hierro. A partir de los 12 meses, ya le puede dar a su bebé leche entera.
Deje que su hijo siga aprendiendo a beber usando una taza, pero no le ofrezca jugo si no ha superado los 12 meses de edad. A partir de los 12 meses, ya le puede servir a su bebé leche entera en taza, lo que le ayudará a pasar del biberón a la taza.
No deje nunca a su bebé sin supervisión mientras coma. Asegúrese de que su hijo se siente bien erguido en una silla elevada u otro lugar seguro para niños pequeños. No le sirva alimentos que podrían suponer un riesgo de atragantamiento o de asfixia por aspiración.
Si no está seguro de si un alimento que se puede comer con las manos es seguro, pregúntese a sí mismo:
A la hora de alimentar a su bebé, tenga en cuenta su personalidad. Un niño a quien le encanta la estimulación puede pasárselo muy bien cuando usted juega al avión mientras le introduce la cuchara en la boca. Pero es posible que un niño más sensible necesite centrarse más en comer y hacerlo con menos distracciones.
Si su bebé se resiste a probar nuevos sabores y nuevas texturas, sírvale los alimentos en porciones reducidas e insista. Puede costar de 8 a 11 intentos hasta que un bebé acepte un alimento nuevo.
La leche materna y la leche fórmula siguen proporcionando nutrientes importantes a los bebés en proceso de crecimiento. Pero los bebés empezarán a beber menos leche conforme vayan aprendiendo o comer una mayor variedad de alimentos sólidos.
Fíjese en los signos que indican que su hijo tiene hambre o está satisfecho. Responda a esas pistas y permita que su hijo deje de comer cuando esté lleno. Un niño que está satisfecho, succionará del pecho o del biberón con menos entusiasmo, dejará de succionar o se apartará del pecho o del biberón. Con los alimentos sólidos, su bebé se apartará, se negará a abrir la boca o escupirá la comida cuando esté satisfecho.
Deje que su hijo coma con las manos o sostenga una cuchara mientras usted se encarga de alimentarlo. Es una buena forma de prepararlos para la primera infancia, momento en que los niños asumen la responsabilidad de comer solos. Y, si aún ni lo ha hecho, establezca un horario regular para las comidas y los tentempiés.
Reviewed by: Mary L. Gavin, MD
Date Reviewed: Nov 1, 2021