Pensar en que vas a tener que ingresar en un hospital te puede preocupar un poco. Pero, si vas a tener que ir al hospital, saber qué esperar antes de llegar allí te puede facilitar un poco las cosas.
La gente puede tener que ir al hospital por distintos motivos. Algunas personas pueden ser admitidas en un hospital a través del servicio de urgencias, por problemas que requieren tratamiento médico inmediato. A otras personas les programan un ingreso en el hospital porque se tienen que operar, recibir una medicación especial u otros tratamientos recetados por sus médicos.
Si has de ingresar en un hospital, primero deberás pasar por el proceso de ingreso o de admisión. El personal de admisión te pedirá información sobre ti y rellenará una serie de formularios. Entonces te llevarán a tu habitación en el área de ingresos.
Muchos hospitales tienen plantas o áreas solo para niños y adolescentes hospitalizados, con personal que entiende muy bien a las personas jóvenes y que dispone de una formación especial para trabajar con ellas. Hay hospitales, que se llaman hospitales pediátricos, que están especializados en el cuidado de niños y adolescentes.
En muchos sentidos, una habitación de hospital es, en gran medida, como tu propio dormitorio. Te encuentras, con el mobiliario típico, como una cama, una mesilla y una silla. Probablemente tu habitación también tendrá una ventana, y generalmente un teléfono y una televisión. La mayoría de las habitaciones de hospital disponen de baños.
Es posible que tengas que compartir la habitación con otro paciente, pero también hay habitaciones privadas disponibles. Si compartes habitación, lo más probable es que la compartas con una persona que tenga aproximadamente tu edad.
Algunos hospitales también permiten que uno de los padres duerma en la habitación de su hijo. Si te gustaría que te acompañaran tus padres por las noches, infórmate en el hospital con tiempo de antelación para saber si existe esa posibilidad.
En la mayoría de los casos, no solo será un médico, o solo el médico al que estás acostumbrado, quien se haga cargo de ti en el hospital.
En muchos hospitales de grandes dimensiones, sobre todo en los hospitales infantiles, los enfermeros, los ayudantes de enfermería y los terapeutas también se harán cargo de ti. En algunos hospitales, los médicos también trabajan con estudiantes de medicina, que se están formando para convertirse en médicos, y con médicos residentes que están recibiendo una formación adicional en una especialidad, como la pediatría. Es muy probable que también haya voluntarios en tu hospital.
Los enfermeros suelen ser las primeras personas con quienes te encontrarás cuando llegues al hospital. A tu llegada, un enfermero te hará preguntas sobre tu salud en el pasado y sobre cualquier síntoma que puedas tener. Te acomodará en tu habitación y te tomará los signos vitales, que incluirán la temperatura, la tensión arterial y la frecuencia cardíaca.
El personal de enfermería también te ayudará durante tu estancia, y te podrá ofrecer valiosos consejos sobre cómo cuidar de ti mismo tanto durante tu internamiento como después de salir del hospital; te puede dar recomendaciones como que te cubras la escayola con una bolsa de plástico cuando te duches para protegerla. Cuando llegues a tu habitación, averigua dónde está el botón para contactar con el personal de enfermería en caso de que lo necesites.
Habrá un médico que supervisará los cuidados que recibas mientras estés en el hospital, y que trabajará codo con codo con otras personas que también cuidarán de ti. Es posible que tu médico sea un pediatra general o un médico de familia (o de cabecera), que trata muchos tipos de problemas médicos que pueden tener los niños y los adolescentes. O tal vez tu médico sea un especialista, con una formación especializada en problemas específicos, como los del corazón o los riñones. El tipo de médico que te atenderá en el hospital dependerá del motivo por el que estés allí.
He aquí unos pocos ejemplos de personal médico y de especialistas que te puedes encontrar en el hospital:
Hay algunos especialistas que no son médicos, pero que cuentan con formación en áreas específicas del cuidado de la salud. Un terapeuta respiratorio, por ejemplo, ayuda a los adolescentes que estén teniendo problemas para respirar, administrándoles tratamientos respiratorios u oxígeno.
Si tienes que seguir una dieta especial mientras estás en el hospital, un dietista te programará comidas equilibradas para satisfacer tus necesidades nutricionales. Un fisioterapeuta te puede ayudar a mover las articulaciones y los músculos para que los fortalezcas después de una operación o de un accidente.
Muchas de las pruebas médicas que te harán en el hospital son mucho menos dolorosas que un examen sorpresa de 10 preguntas.
Si un enfermero te pide que orines en un recipiente, no te extrañe; pueden examinar tu orina para saber si contiene bacterias, proteínas, azúcar y otras cosas que es probable que no supieras que puede contener la orina. Es posible que te saquen sangre para que los técnicos del laboratorio la puedan analizar para saber si tienes algún problema. Te pueden tomar otro tipo de muestras para analizarlas, dependiendo del motivo de tu ingreso en el hospital.
Hay varias pruebas que se usan para crear imágenes del cuerpo. Una prueba frecuente es la radiografía. En las radiografías, se usan cantidades reducidas de radiación que penetran en el cuerpo y forman imágenes de huesos y órganos sobre una película.
Otras pruebas frecuentes de diagnóstico por la imagen son las siguientes:
Es posible que algunos adolescentes con enfermedades o lesiones graves tengan que estar ingresados en el hospital durante semanas, meses o incluso más tiempo. Esto supone que la vida escolar, la relaciones con los amigos y las actividades extraescolares de estos pacientes se ven interrumpidas para que puedan recibir el tratamiento médico que necesitan. Pero estas interrupciones no implican que tengas que poner tu vida en suspenso.
Muchos hospitales, sobre todo aquellos que solo tratan a niños y adolescentes, disponen de clases para sus pacientes. A través de estas escuelas hospitalarias, puedes recibir créditos académicos por tu asistencia y por tu rendimiento. Seguirás teniendo deberes, pero estas escuelas ofrecen profesores, tutores, acceso a computadoras y otras herramientas que necesitarás para completar tu educación. Además, lo más probable es que el programa de la escuela de tu hospital te ayude a hacer la transición a tu propia escuela cuando tu médico diga que ya estás listo para volver.
A pesar de contar con el apoyo de tu familia y del personal hospitalario, es posible que te sientas triste y solo a veces. Los adolescentes que pasan mucho tiempo en el hospital tiene que afrontar un montón de cosas; por lo tanto, estar frustrado, preocupado e incluso enfadado es de lo más comprensible.
Una de las cosas más duras de estar ingresado en un hospital durante un tiempo es que te obliga a perderte actividades sociales con tus amigos. Aunque la gente que tiene que estar mucho tiempo ingresada se pueda mantener en contacto con sus amigos por teléfono, medios sociales y correo electrónico, a veces no es lo mismo.
He aquí algunas estrategias para que lo puedas afrontar:
Reviewed by: Rebecca L. Gill, MD
Date Reviewed: Nov 11, 2017