La pubertad es el período en que el cuerpo de una persona se desarrolla, pasando de tener el cuerpo propio de un niño al propio de un adulto. Sabrás que estás atravesando la pubertad por los muchos cambios que experimentarás en tu cuerpo.
Generalmente, estos cambios empiezan entre los 8 y 14 años de edad en las niñas, y entre los 9 y los 15 años en los niños. Esta amplitud en edades es algo normal; por eso, te puedes desarrollar varios años antes o después que la mayoría de tus amigos.
Pero hay algunas personas que atraviesan estas edades en que se suelen dar los cambios propios de la pubertad sin experimentar ningún cambio en sus cuerpos. Esto recibe el nombre de retraso de la pubertad o retraso puberal.
Los médicos suelen poder ayudar a los adolescentes con retraso de la pubertad para que alcancen a sus compañeros.
Si eres niña, te darás cuenta de que:
Si eres niño, te darás cuenta de que:
Estos cambios están provocados por las hormonas sexuales: la testosterona en los chicos y los estrógenos en las chicas, que tu cuerpo empieza a fabricar en mayores cantidades que antes de la llegada de la pubertad.
Entre los signos del retraso puberal en los chicos, se incluyen los siguientes:
En las chicas, los signos del retraso puberal son los siguientes:
Puede haber retrasos de la pubertad por varias razones diferentes.
En la mayoría de los casos, solo se trata de un patrón de crecimiento y desarrollo propio de una familia. Un chico o una chica se puede enterar de que sus padres, tíos, hermanos o primos también se desarrollaron más tarde de lo habitual. A esto se le llama retraso constitucional y no suele requerir ningún tipo de tratamiento. Con el tiempo, estos adolescentes se desarrollaran con normalidad, solo que un poco más tarde que la mayoría de sus compañeros.
Algunos problemas médicos también pueden causar retrasos de la pubertad.
Algunas personas que no atraviesan la pubertad a las edades consideradas normales tienen problemas en sus cromosomas, fabricados con ADN (que contiene el programa sobre cómo se construirán nuestros cuerpos). Los problemas cromosómicos pueden afectar al proceso de crecimiento. Por ejemplo:
Lo bueno es que, si hay un problema, los médicos suelen poder ayudar a los adolescentes con un retraso de la pubertad a que se desarrollen con más normalidad. O sea que, si te preocupa no estar desarrollándote como deberías, pide a tus padres que te pidan hora de visita con tu médico.
El médico:
El médico también puede:
En muchos casos, los médicos no detectan ningún problema físico subyacente. La mayoría de los adolescentes con retraso de la pubertad solo se están desarrollando un poco más tarde que el promedio, y acabarán poniéndose al día.
Si el médico detectara un problema, derivaría al adolescente a un endocrinólogo pediátrico, un médico especializado en tratar a niños y adolescentes con problemas de crecimiento, o a otro especialista para que le hiciera más pruebas y/o lo tratara.
Algunos niños con retraso de la pubertad se cansan de tanto esperar a que ocurran los cambios propios de la pubertad. Por eso, los médicos les pueden ofrecer un tratamiento hormonal:
Después de concluir el tratamiento, las hormonas del propio adolescente suelen entrar en acción y se encargan de completar el proceso de maduración propio de la pubertad. En el caso de que no sea así, el médico considerará la posibilidad de iniciar un tratamiento a largo plazo con hormonas sexuales.
Puede ser muy duro observar cómo crecen y se desarrollan tus amigos sin que tú pases por la misma experiencia. Tal vez tengas la sensación de que nunca los vas a alcanzar. Incluso aunque tu médico y tus padres te digan que no pasa nada y que ya crecerás, es difícil esperar a que ocurra algo que afecta a cómo te sientes contigo mismo.
Si estás deprimido o tienes problemas en la escuela o en otro ámbito, habla con tu madre o tu padre, con tu médico o con otro adulto de confianza para que encuentre a un terapeuta con quien puedas hablar. Esa persona te ayudará a elaborar y a expresar tus sentimientos y a buscar formas de afrontarlos.
El retraso de la pubertad puede ser difícil de aceptar y de afrontar. Pero es un problema que se suele poder resolver. Si te preocupa cómo te estás desarrollando, pide ayuda.
Reviewed by: Tal Grunwald, MD
Date Reviewed: Sep 16, 2019