El pie de atleta es un tipo de infección de la piel causada por hongos. Los hongos son organismos microscópicos semejantes a las plantas que crecen en ambientes húmedos y cálidos. No suelen ser peligrosos, pero a veces pueden causar enfermedades. Cuando infectan la piel, pueden causar erupciones leves pero molestas. Las infecciones fúngicas (causadas por hongos) de la piel también se conocen como infecciones por tiña.
Cuando la infección por hongos afecta a los pies, se llama pie de atleta (o tinea pedis). Su nombre se debe a que afecta a personas que suelen tener los pies húmedos y sudorosos, lo que les suele ocurrir a los deportistas. Pero cualquier persona puede contraer esta infección.
Otras infecciones fúngicas de la piel incluyen la tiña inguinal y la tiña o tinea (palabra latina que quiere decir “gusano que roe”, aunque no se trata de ningún gusano).
Estas infecciones están causadas por varios tipos de hongos, similares a los mohos, llamados dermatofitos, que viven en los tejidos muertos de la piel, el pelo y las uñas.
El pie de atleta suele provocar enrojecimiento, formación de láminas o copos, descamación o agrietamiento en la piel de los pies. Puede producir picor, ardor, escozor, o simplemente una sensación de incomodidad.
Suele aparecer en las plantas de los pies, las zonas comprendidas entre los dedos y, a veces, en las uñas de los pies. Si se ven afectadas las uñas, se vuelven gruesas, blancas o amarillentas y quebradizas.
El pie de atleta está causado por unos hongos llamados dermatofitos que normalmente viven en la piel, el pelo y las uñas. Cuando el medio en que viven se vuelve cálido y húmedo, crecen de forma descontrolada y empiezan a causar síntomas.
Sí. Se propaga en ambientes húmedos, como las duchas públicas o las inmediaciones de las piscinas. También se puede extender a otras partes del cuerpo si una persona se toca el pie afectado y luego se toca otras partes del cuerpo, como las manos.
Andar descalzo por lugares cálidos y húmedos, como vestuarios o piscinas públicas, puede exponer los pies a los hongos que proliferan en esos entornos. El hecho de que los zapatos y los calcetines estén sudados se suma a la humedad, y puede empeorar la infección. Usar toallas, sábanas, ropa o zapatos que haya usado otra persona que tenga pie de atleta también puede propagar la infección.
Un médico suele poder diagnosticar un pie de atleta solo observándolo y preguntando al paciente por sus síntomas y su estilo de vida. A veces, el médico frotará o raspará la piel para recoger una muestra de la parte escamada e infectada y analizarla con un microscopio o hacer pruebas en un laboratorio.
Si el problema es leve, se resolverá con cremas, espráis o polvos antifúngicos de venta sin receta médica. Las infecciones más graves pueden requerir medicamentos de venta con receta médica, sea de tipo tópico (que se aplican sobre la piel) o en forma de pastilla.
Independientemente de lo que uses, prosigue con el tratamiento durante todo el tiempo recomendado, aunque te parezca que el sarpullido está mejorando. En caso contrario, la infección se podría reactivar. Algunas personas usan regularmente espráis o polvos medicinales para revenir este tipo de infección.
La mayoría de los casos leves de pie de atleta desaparecen en 2 semanas. Pero el tratamiento puede durar varias semanas o más si la infección es más grave o afecta a las uñas de los pies.
El pie de atleta se suele poder prevenir. Para evitarlo:
Reviewed by: Elana Pearl Ben-Joseph, MD
Date Reviewed: Feb 10, 2018