El albinismo es una afección hereditaria que hace que una persona tenga la piel, el pelo y los ojos muy claros. Ocurre porque su cuerpo fabrica menos melanina de lo normal. La melanina es la sustancia que da color a la piel, el pelo y los ojos. Salvo por sus problemas en la vista, las personas con albinismo están tan sanas como las demás.
El albinismo que afecta a la piel, el pelo y los ojos, se llama albinismo oculocutáneo. Lleva a tener una piel, un pelo y unos ojos que son más claros de lo esperable teniendo en cuenta los antecedentes étnicos o raciales de la persona. Los síntomas varían en función de la cantidad de melanina que se fabrique.
Entre los signos y los síntomas, se incluyen los siguientes:
El albinismo que solo afecta a los ojos de llama albinismo ocular. A veces, el albinismo puede formar parte de otra afección médica.
La mayoría de las veces, una persona tiene albinismo porque ha heredado el gen del albinismo de sus dos progenitores. Ser portador de solo un gen del albinismo no hace que la persona sea albina. La mayoría de los padres de niños con albinismo no presentan ningún síntoma.
A veces, el albinismo está causado por un cambio genético nuevo (llamado mutación).
Los médicos suelen diagnosticar el albinismo cuando un niño tiene la piel, el pelo y/o los ojos mucho más claros que los demás miembros de su familia. También se fijarán en cambios en los ojos para hacer el diagnóstico.
La mayoría de las personas con albinismo suelen estar sanas. Los tratamientos incluyen principalmente cuidar de los ojos y de la piel.
Para cuidar de los ojos, las personas con albinismo:
Las personas con albinismo tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel. Para protegerse la piel, pueden:
Si tienes albinismo:
Puesto que en los medios sociales interesa más encajar que destacar, las personas con albinismo se pueden tener que enfrentar al acoso escolar (o bullying) y a los prejuicios. Expresar tu frustración y tu tristeza a un familiar o amigo que te entienda te puede ayudar. Y también te puede ayudar hablar con un psicólogo o terapeuta que te de ideas sobre cómo abordar cualquier reto.
Reviewed by: Amy W. Anzilotti, MD
Date Reviewed: Jan 1, 2021