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La enfermedad de Parkinson

Era la actividad extraescolar preferida de Maggie: las clases de piano con la Sra. Barton. Pero hubo un día en que Maggie percibió que la mano derecha de la Sra. Barton temblaba, incluso cuando la dejaba reposando en su regazo.

Con el paso del tiempo, también se fue percatando de otras cosas, como que la Sra. Barton parecía inestable cuando andaba y que no se reía tanto como solía hacer. Resultó ser que todas las cosas que Maggie había detectado en su profesora de piano eran síntomas de algo conocido con la "enfermedad de Parkinson".

¿Qué es la enfermedad de Parkinson?

La enfermedad de Parkinson es un trastorno del sistema nervioso central, que engloba el cerebro y la médula espinal, que controlan todo lo que haces, incluyendo todos tus movimientos. Una persona con la enfermedad de Parkinson pierde de forma progresiva su capacidad para controlar por completo sus movimientos corporales.

Mayoritariamente, son los adultos quienes más desarrollan esta enfermedad.

¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad de Parkinson?

Los síntomas de la enfermedad de Parkinson incluyen los temblores (el temblor de manos suele ser el signo más revelador de todos); las dificultades para mantener el equilibrio y la coordinación; los problemas para ponerse de pie o para andar; la rigidez; y la lentitud generalizada.

Con el tiempo, las personas afectadas pueden tener problemas para sonreír, hablar o tragar. Sus rostros pueden parecer planos, sosos e inexpresivos, pero la gente que padece la enfermedad de Parkinson sigue teniendo sentimientos, aunque sus caras no siempre los manifiesten. A veces, los afectados también pueden tener problemas para pensar y para recordar.

Debido a sus dificultades para mantener el equilibrio, algunos de los afectados se caen a menudo, lo que puede hacer que se rompan huesos. Algunas personas con esta enfermedad también se pueden sentir tristes o deprimidas y perder todo el interés por las actividades que solían practicar.

Los síntomas de la enfermedad de Parkinson aparecen de forma gradual y empeoran con el paso del tiempo. Pero, puesto que la enfermedad de Parkinson se suele desarrollar con lentitud, la mayoría de la gente que la padece puede llevar una vida larga y relativamente sana.

¿Cuál es la causa de la enfermedad de Parkinson?

En las partes más profundas del cerebro, existe un conjunto de células nerviosas que ayuda a controlar el movimiento, conocido como los ganglios basales. En una persona con la enfermedad de Parkinson, estas células nerviosas se deterioran y no funcionan como deberían.

Estas células nerviosas fabrican y utilizan una sustancia química cerebral llamada dopamina, cuya función consiste en enviar mensajes a otras partes del cerebro para coordinar los movimientos corporales. Cuando una persona padece la enfermedad de Parkinson, sus concentraciones de dopamina son bajas. Por lo tanto, su cuerpo no recibe los mensajes que necesita para moverse con normalidad.

Los expertos coinciden en que una concentración baja de dopamina en el cerebro causa los síntomas de la enfermedad de Parkinson, pero nadie sabe realmente por qué las células nerviosas que fabrican dopamina se deterioran y mueren.

¿Quién desarrolla la enfermedad de Parkinson?

Aproximadamente un millón de estadounidenses padece la enfermedad de Parkinson, que afecta tanto a los hombres como a las mujeres. Los síntomas suelen aparecer a partir de los 50 años de edad y es más frecuente conforme la gente envejece.

Mucha gente se pregunta si se tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad de Parkinson por tener un pariente que la padece. Aunque el papel que desempeña la herencia no se acaba de entender, sabemos que, si un pariente cercano de una persona, como un papá, una mamá o un hermano, padece la enfermedad de Parkinson, aumentan sus probabilidades de desarrollar esta enfermedad. Pero la enfermedad de Parkinson no es contagiosa. No te la puede pegar ninguna persona que la padezca solo por estar cerca de ella.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad de Parkinson?

Una persona que presente algunos de los síntomas de la enfermedad de Parkinson puede ser derivada a un neurólogo, un médico especializado en el cerebro, los nervios y los músculos. El neurólogo es posible que le mande algunas pruebas, como análisis de sangre y pruebas de diagnóstico por imagen del cerebro. Estas pruebas no permiten hacer un diagnóstico de la enfermedad de Parkinson, pero permiten descartar otros problemas que podrían estar provocando sus síntomas. Para hacer un diagnóstico de la enfermedad de Parkinson, el médico se basará en los antecedentes médicos del paciente, sus síntomas y los resultados de su exploración física.

¿Cómo se trata la enfermedad de Parkinson?

Si el médico cree que una persona puede tener una enfermedad de Parkinson, hay motivos de esperanza. Hay medicamentos que permiten eliminar o aliviar los síntomas de la enfermedad, como los temblores. Y algunos expertos creen que se podrá encontrar su curación dentro de poco.

Por ahora, se suele administrar un medicamento llamado levodopa para tratar la enfermedad de Parkinson. Este medicamento, que también recibe el nombre de "L-dopa", incrementa la cantidad de dopamina que hay en el cuerpo, y se ha comprobado que mejora la capacidad de la persona para andar y desplazarse. Hay otros fármacos que también ayudan a reducir y a controlar los síntomas, al afectar las concentraciones de dopamina presentes en el cuerpo. En algunos casos, es preciso operar al paciente para tratar esta enfermedad. La persona recibirá anestesia, un tipo especial de medicamento que impide que se sienta dolor durante la operación.

Vivir con la enfermedad de Parkinson

Conforme va evolucionando la enfermedad de Parkinson, la persona que la padece es posible que actúe con más lentitud y que tenga dificultades para moverse, desplazarse o hablar deprisa. A veces, los afectados por esta enfermedad necesitan hacer sesiones de terapia del habla o de terapia ocupacional. Por absurdo que pueda parecer para una persona que está sana, una persona con la enfermedad de Parkinson puede necesitar aprender a caerse de una forma segura.

Y, si a la persona le cuesta mucho vestirse, el hecho de adaptar su ropa, poniéndole velcros y cintas elásticas, en vez de botones y cremalleras, puede facilitarle mucho ese proceso. También es posible que a los afectados por el Parkinson les vaya bien que les instalen barandillas con pasamanos por su casa para prevenir posibles caídas.

Si conoces a alguien que padece la enfermedad de Parkinson, le puedes ayudar siendo un buen amigo.

Reviewed by: Steven Dowshen, MD
Date Reviewed: Nov 13, 2017

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