Una fractura en un hueso, también llamada rotura, ocurre cuando un hueso se rompe en parte o del todo.
La mayoría de las fracturas en los niños se deben a caídas. Los niños también se pueden romper huesos en accidentes o mientras hacen deporte.
Entre los tipos de fracturas, se incluyen los siguientes:
Romperse un hueso siempre duele. También puede haber hinchazón y aparición de moretones. Puede costar mucho mover y utilizar la parte del cuerpo lesionada.
A veces, la parte del cuerpo se ve torcida o distinta a cómo era antes de la lesión.
Los médicos piden radiografías si creen que un hueso puede estar roto.
La mayoría de fracturas se tratan con escayolas, férulas o sujeciones ortopédicas. Esto impide que el hueso roto se mueva mientras se cura. Hasta los huesos rotos que no tienen los extremos alineados (lo que se llama fractura desplazada) se suelen soldar correctamente con el tiempo.
A veces, hay que volver a alinear los huesos desplazados antes de poner la escayola, la férula o la sujeción ortopédica. Esto se hace mediante un procedimiento llamado "reducción". Esto también se llama "colocación del hueso en su lugar".
En los primeros días que siguen a una fractura, el cuerpo forma un coágulo de sangre alrededor del hueso roto para protegerlo y aportar las células necesarias para curarlo.
A continuación, se forma un área de tejido reparador alrededor del hueso roto. Esto se llama callo, y vuelve a unir los extremos del hueso roto. Al principio el callo es blando y se va volviendo más duro y más resistente a lo largo de las siguientes semanas.
Después de una fractura, se forma nuevo tejido óseo en las semanas y meses que siguen a la fractura, pero la curación total del hueso puede tardar más tiempo.
Para ayudar a que el hueso se te cure bien:
Con el tratamiento adecuado, las fracturas suelen curarse bien. Después de unos meses, volverás a hacer todas las actividades que hacías antes de romperte el hueso.
Reviewed by: Susan M. Dubowy, PA-C, Richard W. Kruse, DO
Date Reviewed: May 23, 2018