Lana empezó a tener dolores musculares durante su tercer año de secondaria. Con todas sus tareas escolares, el deporte y las amistades, Lana se sintió súper-estresada. Al cabo de poco tiempo, empezó a tener problemas para conciliar el sueño, de modo que no dormía lo suficiente. Siempre estaba cansada e irascible y le dolía todo el cuerpo.
Lana dio por sentado que aquel dolor obedecía a lo estresada que estaba. Pero, puesto que todavía no había remitido al cabo de tres meses, su madre la acompañó al médico, quien la exploró y le dijo que padecía una afección denominada fibromialgia.
La fibromialgia es una afección de larga duración que cursa con dolor en músculos, articulaciones y otros tejidos blandos. Se trata de un dolor generalizado, lo que significa que la persona siente todo el cuerpo dolorido. Aparte del dolor corporal, las personas con fibromialgia suelen tener dolores de cabeza. También pueden presentar puntos corporales dolorosos, áreas del cuerpo que les duelen cuando se las presionan. También se pueden sentir muy cansadas y tener problemas para dormir.
Si padeces fibromialgia, no estás solo porque esta afección la padecen millones de estadounidenses. La mayoría de las personas afectadas son mujeres de edades comprendidas entre los 20 y los 50 años, pero esta afección también se puede iniciar en la adolescencia o incluso antes.
La fibromialgia es una afección crónica, lo que significa que es de larga duración. Pero sus síntomas no siempre son estables a lo largo del tiempo. A veces el dolor o la fatiga son leves, pero hay otras veces en que son tan importantes que interfieren de forma considerable con la vida del afectado. Los adolescentes con fibromialgia pueden ir al la escuela con regularidad, pero lo que sean capaces de hacer dependerá de la gravedad de sus síntomas.
La fibromialgia no se puede curar. Pero los médicos pueden tratar el dolor y otros síntomas para que no sean tan fuertes.
La mayoría de los adolescentes con fibromialgia tienen un dolor generalizado por todo el cuerpo. Se suele tratar de un dolor sordo, similar al ardor. A veces se puede tratar de un dolor punzante o pulsátil. Las personas afectadas también pueden tener dolores de cabeza, aparte del dolor generalizado por todo el cuerpo.
Las personas con fibromialgia suelen presentar puntos dolorosos, o áreas corporales que duelen al presionarlas. Los puntos dolorosos más frecuentes son los siguientes:
La gente que padece fibromialgia se suele sentir fatigada (extremadamente cansada o muy baja de energía). Por este motivo, la fibromialgia a veces se puede confundir con una afección denominada síndrome de fatiga crónica. A veces, algunas personas padecen ambas afecciones al mismo tiempo.
Aparte del dolor y de la fatiga, la mayoría de los adolescentes con fibromialgia tienen problemas para dormir. Se despiertan a menudo por la noche y se levantan agotados por la mañana. También pueden presentar problemas como el síndrome de las piernas inquietas y/o la apnea del sueño, que pueden agravar sus dificultades para dormir.
Las personas con fibromialgia pueden tener problemas de memoria y/o de concentración. Algunas pueden desarrollar ansiedad, depresión o el síndrome del intestino irritable, un tipo de problema digestivo.
Es posible que las personas que padecen fibromialgia empiecen a notar que hay determinados factores que empeoran sus dolores y otros síntomas, como el estrés, la humedad o el frío. Cada persona es distinta.
Los médicos no están muy seguros de por qué la gente desarrolla esta afección. Saben que el cerebro de los afectados siente el dolor de una forma diferente que el del resto de la gente. Pueden sentir dolor cuando responden a elementos (como el estrés) que no suelen ser dolorosos.
Nuestro cerebro contiene unas sustancias químicas denominadas neurotransmisores, que son las encargadas de trasmitir mensajes entre las células nerviosas del cerebro. Es posible que las personas con fibromialgia presenten concentraciones anómalas de neurotransmisores en la parte del cerebro que codifica el dolor.
Otra teoría sobre la fibromialgia es la que postula que las terminaciones nerviosas que trasmiten información sobre el dolor son demasiado sensibles y reaccionan excesivamente ante el dolor.
Muchos expertos consideran que acontecimientos externos (como enfermedades, lesiones o traumas emocionales) pueden desempeñar un papel en el desarrollo de la fibromialgia. Puesto que se trata de una afección que se da más en determinadas familias, también es posible que los genes incrementen las probabilidades de que una persona desarrolle esta afección.
Puesto que la fibromialgia es un conjunto de síntomas distintos, no siempre es fácil de diagnosticar.
No existe una prueba específica que permita diagnosticar la fibromialgia. Por lo tanto, los médicos deben practicar pruebas para descartar otras afecciones o problemas médicos. Por ejemplo, la fatiga puede ser un signo de un problema tiroideo, por lo que es posible que el médico evalué la función tiroidea. Si las pruebas indican que la tiroides del paciente funciona con normalidad, sabrá que hay algo más que está provocando la fatiga.
Puesto que la fibromialgia no es fácil de diagnosticar, los médicos se suelen centrar en varias cosas distintas. Empiezan preguntando a la persona sobre su información médica básica y sobre sus síntomas (como el dolor o la fatiga). Lo más probable es que el médico también evalúe los 18 puntos dolorosos propios de la fibromialgia. La mayoría de los niños y adolescentes con fibromialgia experimentan dolor en por lo menos cinco de estos puntos cuando alguien se los presiona.
Si no existe inflamación ni ningún otro signo de otros problemas de salud y el paciente presenta dolor generalizado durante por lo menos tres meses, el médico emitirá un diagnóstico de fibromialgia.
El proceso de diagnóstico de la fibromialgia se puede alargar bastante (a veces hasta varios años), lo que puede resultar bastante frustrante para el paciente. Pero no desistas. Es posible que necesites encontrar a un médico que entienda en qué consiste esta afección y/o que esté especializado en ella.
La fibromialgia no se puede curar. Pero el tratamiento puede ayudar controlar sus síntomas, aliviando el dolor y mejorado la salud general y la calidad de vida de la persona. El tratamiento de la fibromialgia abarca tanto cambios en el estilo de vida como medicación.
La mayoría de los médicos piden a sus pacientes que empiecen por adoptar cambios en su estilo de vida antes de acudir a la medicación. Algunos de los cambios que proponen los médicos a sus pacientes con fibromialgia son los siguientes:
Si los cambios en el estilo de vida no dan resultado, es posible que el médico opte por recetar medicamentos. Algunos de los medicamentos que se utilizan para tratar la fibromialgia son:
La psicoterapia también puede ayudar. Un psicoterapeuta puede ayudar a la gente a aprender a afrontar las emociones difíciles, a reconocer qué empeora los síntomas de la fibromialgia y a adoptar las medidas oportunas para controlar éstos síntomas.
Si padeces fibromialgia, te puede ayudar inscribirte en un grupo de apoyo o en una comunidad de Internet integrada por personas que padecen esta afección. De este modo, podrás compartir tus experiencias con gente que está atravesando situaciones similares a la tuya.
Reviewed by: Elana Pearl Ben-Joseph, MD
Date Reviewed: 14-09-2012