La diabetes no tiene por qué ser un impedimento para el ejercicio físico y la competencia deportiva. Varios deportistas profesionales compiten y hacen ejercicio físico mientras hacen frente a la diabetes.
Y su hijo también podrá lograrlo. Al igual que cualquier otra persona, los niños con diabetes son más sanos si hacen mucho ejercicio físico y esto puede ayudarlos a manejar su afección.
El ejercicio físico puede ofrecerles los siguientes beneficios a los niños con diabetes:
Cualquier tipo de ejercicio físico es bueno; desde pasear al perro o montar en bicicleta, hasta practicar deportes de equipo. Para obtener el máximo de beneficios, fije para su hijo una meta de 60 minutos de ejercicio físico por día, 5 a 6 días de la semana. Al igual que cualquier otro aspecto de un estilo de vida saludable, los nuevos hábitos de ejercicio físico tal vez sean difíciles de incorporar para los niños, pero experimentar los beneficios del ejercicio físico puede ayudarlos a continuar con el programa.
Todos los niños deben hacerse un examen médico deportivo antes de comenzar a practicar un deporte. En el caso de los niños con diabetes, es importante hablar con el médico antes de comenzar cualquier rutina de ejercicio físico que incremente el nivel de actividad de su hijo. El médico le informará acerca de cualquier cambio en la rutina de exámenes, medicamentos u otras cosas que tal vez deba tener en cuenta debido al ejercicio físico y los deportes.
Es probable que el médico le permita comenzar cualquier actividad que su hijo quiera; después de todo, el ejercicio físico es una parte importante del control de la diabetes. Sin embargo, tal vez existan consideraciones especiales si su hijo está interesado en algunos deportes de aventura, como escalar, practicar ala delta o buceo. Estos deportes exigen un gran nivel de concentración, buenas condiciones físicas y que la diabetes esté correctamente controlada. Si aparecen problemas por la diabetes y estos afectan la capacidad de una persona mientras está practicando estos deportes, podrían ocurrir lesiones graves, por eso es importante contar con el permiso del médico y una preparación adecuada.
Si su hijo recién está comenzando a hacer ejercicio o a practicar deportes, también es importante que le dé su apoyo emocional. Si un padre está temeroso y le impide participar a su hijo, lo único que logrará es acrecentar en el niño la sensación de que es diferente, frágil o enfermo.
Mantenga una actitud positiva y hágale saber a su hijo que puede tener éxito en los deportes si trabaja arduamente (igual que cualquier otro niño del equipo), siempre y cuando tome algunas precauciones adicionales.
Cuando los niños con diabetes hacen ejercicio físico, el nivel de azúcar en sangre puede bajar, esto recibe el nombre de hipoglucemia, o subir, esto recibe el nombre de hiperglucemia.
La baja concentración de azúcar en sangre puede ocurrir durante el ejercicio físico o después de este. Aparece cuando el cuerpo consume una cantidad excesiva del azúcar que tiene almacenada, en especial si los niveles de insulina continúan siendo elevados después de una inyección. Los signos de baja concentración de azúcar en la sangre incluyen sudoración, aturdimiento, temblores, debilidad, ansiedad, hambre, dolor de cabeza, problemas para concentrarse y confusión. En los casos más graves puede haber un desmayo o convulsiones.
Los niños con diabetes tal vez necesiten controlar los niveles de azúcar en sangre y tomar un refrigerio adicional para evitar que la concentración de azúcar en sangre sea muy baja. O si su hijo está comenzando con un programa de ejercicio físico riguroso, como el entrenamiento para un deporte, es posible que el médico le recomiende reducir la dosis de insulina para ayudar a prevenir una hipoglucemia.
Es posible que también se deba hacer algo por la concentración elevada de azúcar en sangre antes del ejercicio físico o después de este. Los músculos necesitan más energía durante el ejercicio físico y el cuerpo responde liberando más glucosa en la sangre. Si el cuerpo no tiene suficiente insulina como para usar la glucosa, el azúcar permanecerá en la sangre. Cuando esto ocurre, es posible que la persona orine más y esto le provoque una deshidratación, en especial cuando pierde mucha más agua por la sudoración y la respiración durante el ejercicio físico. Otros signos de concentración elevada de azúcar en la sangre incluyen mucha sed, cansancio, debilidad y visión borrosa.
Otro de los motivos por los que los niños con diabetes tipo 1 no deben hacer ejercicio físico si no tienen suficiente insulina en la sangre es la posibilidad de que se acumulen cetonas. Si los niveles de cetonas son muy elevados, el niño puede estar en riesgo de sufrir cetoacidosis.
Si su hijo tiene diabetes tipo 1, el médico le dirá cómo medir las cetonas y, de ser necesario, cómo darle más insulina para que pueda volver a hacer ejercicio físico.
Es probable que el médico quiera que el niño controle sus niveles de azúcar en la sangre antes de comenzar a hacer ejercicio físico. El equipo de atención de la diabetes le explicará cuáles son los niveles de azúcar en sangre que requieren atención antes, durante o después del ejercicio físico y qué medidas se deben tomar para continuar en actividad.
Asegúrese de que su hijo sepa cómo reconocer los síntomas de hipoglucemia e hiperglucemia. En ambos casos, debe dejar de hacer ejercicio físico y seguir las instrucciones del médico.
Aquí encontrará unos cuantos consejos generales sobre el ejercicio físico:
Pero sin importar cuán diligentes sean los padres y los niños, todos los niños con diabetes tendrán, en algún momento, episodios de baja concentración de azúcar en la sangre. Por eso, los niños y adolescentes con diabetes siempre deben usar o llevar algún tipo de identificación médica (brazalete o medalla). Además de informar que tienen diabetes, esta identificación puede incluir los contactos de emergencia.
Con la aprobación de su médico, un plan claro para prevenir y controlar los problemas, y algo de preparación, su hijo puede disfrutar de los muchos beneficios que ofrecen el ejercicio físico y los deportes.
Reviewed by: Steven Dowshen, MD
Date Reviewed: 07-06-2018