Cuando alguien es víctima (o experimenta la amenaza) de una situación de violencia, lesión o daño, puede desarrollar un problema de salud mental conocido como trastorno de estrés postraumático (TEPT). El TEPT puede aparecer en las primeras semanas tras el suceso violento o incluso años después.
Las personas con TEPT a menudo vuelven a experimentar su trauma en forma de imágenes de escenas retrospectivas o "flashbacks", recuerdos, pesadillas o pensamientos de miedo, especialmente cuando se ven expuestos a acontecimientos u objetos que les recuerdan el trauma.
Los psicólogos u otros terapeutas pueden ayudar a las personas con TEPT a afrontar los pensamientos dañinos y los sentimientos difíciles, y a volver a llevar una vida normal.
El trastorno de estrés postraumático se asocia con frecuencia a soldados y otras personas que han estado en frentes de guerra. Pero cualquier persona, incluso los niños, puede desarrollar este trastorno tras vivir un suceso traumático.
Los sucesos que pueden provocar un trastorno de estrés postraumático incluyen la muerte inesperada o violenta de un familiar o un amigo cercano, así como un daño grave o amenaza de muerte o de lesión que recibe la persona o un ser querido.
Las situaciones que pueden causar este tipo de traumas incluyen:
En algunos casos, el trastorno de estrés postraumático puede ocurrir tras la exposición repetida a este tipo de sucesos. La culpa del superviviente (sentimientos de culpa por haber sobrevivido a un suceso donde murieron amigos o familiares) también puede contribuir a que se produzca un trastorno de estrés postraumático.
Las personas con trastorno de estrés postraumático presentan síntomas de estrés, ansiedad y depresión, entre los que se incluyen cualquiera de los siguientes:
Pensamientos invasivos o recuerdos del suceso
Evitar cualquier cosa que recuerde el suceso
Estado de ánimo o pensamientos negativos desde que ocurrió el suceso
Sensaciones de ansiedad o reacciones físicas de ansiedad duraderos
Los síntomas se suelen iniciar durante el primer mes tras producirse el trauma, pero es posible que no se manifiesten hasta meses o incluso años después. Estos síntomas suelen proseguir durante años tras el suceso traumático o, en algunos casos, se pueden aliviar y reaparecer más adelante en la vida si otro acontecimiento desencadena recuerdos sobre el trauma. (De hecho, los aniversarios del suceso desencadenan a menudo desbordamientos de emociones y de recuerdos dolorosos).
El TEPT también puede aparecer como una respuesta repentina a corto plazo (llamada reacción a estrés agudo, también conocida como trastorno por estrés agudo) ante un suceso y puede durar de varios días o hasta un mes.
Las personas con trastorno de estrés postraumático pueden no buscar ayuda profesional porque piensan que es comprensible sentirse asustadas después de un suceso traumático. A veces, pueden no reconocer el vínculo existente entre sus síntomas y el trauma.
Los profesores, médicos, orientadores escolares, amigos y familiares que conocen bien al niño o al adolescente pueden desempeñar un papel importante en la detección de los síntomas del trastorno de estrés postraumático.
No todas las personas que viven un suceso traumático desarrollan un trastorno de estrés postraumático. Las probabilidades de desarrollarlo y el nivel de gravedad varían en función de la personalidad, los problemas de salud mental sufridos previamente, el apoyo social, los antecedentes familiares, las experiencias durante la infancia, el nivel de estrés en la actualidad y la naturaleza del suceso traumático.
Los estudios indican que las personas con trastorno de estrés postraumático a menudo presentan concentraciones atípicas de hormonas que participan en la respuesta al estrés. Por ejemplo, las investigaciones han mostrado que presentan concentraciones de cortisol inferiores a las normales y concentraciones de adrenalina y noradrenalina superiores a las normales. Todas estas hormonas desempeñan un papel importante en la reacción de "lucha o huida" del cuerpo ante el estrés repentino. (Se llama de "lucha o huida" porque el cuerpo se prepara exactamente para eso: para luchar contra el peligro o para huir de él).
Muchas personas se recuperan de un suceso traumático después de un período de readaptación. Pero si su hijo ha experimentado un suceso traumático y presenta síntomas de trastorno de estrés postraumático durante más de un mes, solicite la ayuda de un experto.
La terapia puede ayudar a abordar los síntomas de evitación, los pensamientos invasivos y negativos y el estado de ánimo deprimido o negativo. El terapeuta trabajará con su familia para ayudarlos, a usted y a su hijo, a encajar lo ocurrido y a volver a vivir la vida.
Los profesionales de la salud mental que pueden ayudar incluyen a:
La terapia cognitivo-conductual es muy eficaz para las personas con trastorno de estrés postraumático. Este tipo de terapia enseña estrategias para reemplazar los inútiles pensamientos y sentimientos negativos por pensamientos más positivos. Las estrategias conductuales pueden usarse, adaptadas al ritmo de cada niño, para ayudarlo a desensibilizarse de los aspectos traumáticos de lo sucedido, a fin de que deje de sentir tanto miedo ante ellos.
En algunos casos, los medicamentos pueden aliviar los síntomas graves de depresión y ansiedad. Esto puede ayudar a las personas con trastorno de estrés postraumático a hacer frente a la escuela y a otras actividades diarias mientras están en tratamiento. A menudo, se usan medicamentos solo hasta que la persona se siente mejor; luego, la terapia puede ayudarlos a recuperarse del trauma y a retomar sus vidas.
Por último, los grupos de apoyo o la terapia de grupo pueden ser de gran ayuda, porque los niños y adolescentes se dan cuenta de que no están solos. Los grupos también ofrecen un lugar seguro para compartir emociones. Pregunte al terapeuta de su hijo si puede derivar a su hijo o ponerles en contacto con alguno de estos grupos.
Ante todo, su hijo necesita que le preste apoyo y comprensión. A veces también necesitarán apoyo otros miembros de la familia, como los padres y los hermanos. Aunque los familiares y los amigos pueden tener un papel clave para ayudar a alguien a recuperarse, generalmente se necesita la intervención de un terapeuta bien preparado.
He aquí algunas de las cosas que los padres pueden hacer para apoyar a sus hijos con trastorno de estrés postraumático:
No olvide cuidarse también usted. Ayudar a su hijo a afrontar un trastorno de estrés postraumático puede suponer un gran reto y requerir mucha paciencia y apoyo. El tiempo cura, y el hecho de que su familia se siente bien apoyada contribuirá a que todos puedan avanzar.
Reviewed by: Shirin Hasan, MD
Date Reviewed: 20-07-2018